El olor es insoportable. Sin embargo, a simple vista sólo se divisan los pastos crecidos de Campo Norte (en la Viamonte al 1400) y las columnas de alumbrado público con pintadas alternadas que rezan “Caponio” y “Cacho Cano”. Sin embargo, basta con acercarse al cruce de Viamonte con Bolivia para encontrar un enorme basural clandestino que ocupa, por casi dos cuadras, una mano completa de Bolivia -que a esta altura es avenida-.
Con este paisaje se enfrenta todos los días Isabel Rojo, que vive justo en frente de la parte más importante del basural. “Esto siempre ha sido igual. Vemos que vienen en carros a tirar basuras y escombros, pero también aparecen de a montones autos, camionetas y traffics que vienen a tirar porquerías. Yo ya me acostumbre al mal olor constante, ya ni cuando me siento a la mesa me molesta”, comentó la mujer mientras cebaba unos mates en el jardín de su casa.
Como si fuera poco, los escombros y las basuras también son arrojadas sobre Viamonte, a unos veinte o treinta metros de la calle en el interior del predio. Como si fuera poco también hay un vaciadero ilegal sobre Ecuador, entre Viamonte y Necochea.
“La verdad es que estamos completamente abandonados aquí. Desde el gobierno hacen campañas de salud y aquí en frente tenemos un monumento de inmundicia, lleno de ratas, bichos y basuras”, bramó María Cristina Quiroga, que hace 30 años vive sobre Viamonte en el Barrio Santillán.
Quiroga, jubilada docente, consignó que el olor es inaguantable y que por ello en su casa prácticamente dejaron de usar la terraza o de ir al jardín. “La semana pasada fue peor aún, porque alguen arrojó un caballo muerto hasta que al final mis hijos lo taparon con tierra, porque no se podía respirar”, agregó la mujer.
“Esta zona es la ausencia de urbanidad, de noche vienen las ratas a intentar entrara a las casas debajo de las puertas, por eso que en las casas y en los talleres ponemos tablas para cerrar la luz que hay entre la puerta y el suelo”, describió la mujer, que se quejó de la falta de luz y de la inseguridad de la zona.
Todo el mundo sabía que vendría. Lo que faltaba era saber cuándo. Las elevadísimas temperaturas y la sensación térmica tórrida y agobiante finalmente cesaron gracias a los poco más de 30 milímetros que cayeron, paralizando la ciudad por algunas horas. La calma llegó, finalmente, cuando bajaron tanto el termómetro como el agua de las calles.
Mientras la ciudad escurría, las escenas en el centro eran las mismas: colas de gente en las paradas de taxis y colectivos esperando que los vehículos retornen a sus recorridos; empleados que sacaban el agua de dentro de los negocios y cientos de personas que cruzaban las calles con su calzado en mano, para evitar que se arruine.
“Los principales puntos anegados fueron en 24 de Septiembre a la altura del puente ferroviario, Avenida Siria y Bolivia y barrios del sur de la ciudad, como Villa Alem, Diza y San Cayetano”, indicó el comisario Néstor Osores, director de la división de Bomberos de la provincia.
Atrapados por el agua
Al menos cuatro vehículos y un colectivo se quedaron varados en 24 de Septiembre y Marco Avellaneda, en la zona de Casal. Alrededor de las 10.30, el interno 25 de la línea 5 doblaba por Marco Avellaneda hacia la avenida cuando quedó atrapado por el agua acumulada. En cuestión de segundos, el ómnibus se inundó hasta la base de los asientos. Cuando Emilio Rodríguez, chofer de la unidad, quiso retroceder el motor ya no respondió. Una dotación de Bomberos, a cargo del oficial Adrián González, acudió para socorrer a los 10 pasajeros. “Logramos poner a resguardo al pasaje realizando una cadena humana y acompañando a las personas hasta una zona segura”, informó Osores. “Esta es una zona en la que históricamente el agua se acumula porque las bocatormentas se taponan con basura. Hasta cinco metros de agua se acumularon bajo el puente del Ferrocarril Belgrano”, consignó el director de Bomberos
A las 13, cuando el tránsito se había normalizado, un equipo de mecánicos de la empresa trabajaba sobre el motor y buscaba retirar la unidad. Rodríguez continuaba en estado de shock y no quiso dar declaraciones.
A su vez, en Bolivia y avenida Siria fueron al menos 15 los vehículos socorridos por los bomberos, informó Osores. “En esa zona la situación fue más peligrosa, porque la calle se había transfomado en una verdadera correntada. Afortunadamente no hubo que accidentados ni mayores inconvenientes”, detalló el jefe de la Divisón de Bomberos.
En Jujuy al 2.500, en el ingreso al barrio Diza, más de cuarenta vehículos, colectivos y camiones se habían concentrado en la estación de servicio de Jujuy y Américo Vespucio, según comentó Alejandro Gallo, playero de la estación. Cuando empezaron a desbordarse las bocatormentas y el canal que corre paralelo a Jujuy, la camioneta de Ramón Medina -que estaba estacionada sobre la playa de la estación-, fue arrastrada treinta metros por Jujuy. “Mientras el agua se levantaba sólo pude mirar con impotencia”, comentó Medina.
“Tengo 56 años viviendo en este barrio y siempre pasó lo mismo”, indicó Nilda Toledo, que reside sobre Américo Vespucio, frente al pasaje Nervo. “Estamos destinados a usar compuertas y defensas para no inundarnos”, bramó.
el viento derribó varios árboles
Un fuerte ventarrón funcionó como antesala de la tormenta. En La Plata casi Ayacucho las ramas de un gigantesco árbol interrumpió la circulación.
Por algunas calles fue imposible circular
Los 30 milímetros que cayeron no fueron una exageración, pero resultaron suficientes para evidenciar que en las calles de la ciudad las bocas de tormenta no funcionan correctamente.
El agua entró sin permiso al Hospital Padilla
El agua se coló en la guardia del Hospital Padilla y la sala de shock room. Sin perder tiempo las enfermeras y otros empleados agarraron el haragán para desagotar los pasillos.
Hubo familias evacuadas en San Pablo
El subdirector de Defensa Civil Provincial, César Acuña, informó que al menos seis familias tuvieron que ser evacuadas en la zona de Villa del Rosario, en la localidad de San Pablo -Lules-. Fueron trasladados a la escuela Luis F. Nougués, donde iban a pasar la noche. Allí se les dio de comer y los niños fueron revisados por agentes sanitarios, según comentó Acuña. “Pudimos detectar que la inundación se produjo debido al desborde de un canal que supo funcionar como alimentación del ingenio, pero que ahora se ha convertido en un desagüe. Estaba obstruido por basuras, botellas y hasta sillas plásticas. Esto produjo que desbordara”, comentó el funcionario. En los módulos habitacionales el agua llegó a los 80 centímetros, según informaron fuentes de Defensa Civil.
Al cierre de esta edición, personal de Defensa Civil trabajaba atendiendo llamados de localidades del sur de la provincia, donde también se reportaron zonas anegadas.