Entre raquetas y paletas

Gigli empezó jugando al tenis, pero sus éxitos los concretó en el padel, un deporte que al comienzo no lo trató bien

COMO UNA EXTENSIÓN DE SU CUERPO. El jugador maneja la paleta con técnica y agilidad. El tenis también lo ayudó a ello.  COMO UNA EXTENSIÓN DE SU CUERPO. El jugador maneja la paleta con técnica y agilidad. El tenis también lo ayudó a ello.
30 Diciembre 2013
Conseguir la distinción como el mejor jugador de padel del año en los premios LA GACETA, para Martín Gigli fue coronar con éxito toda una trayectoria de tantos años dedicado a este deporte.

Como la mayoría de los que practican esta disciplina, los que empuñan la paleta hoy, alguna vez hicieron lo mismo con la raqueta de tenis. “A los 12 años empecé a jugar al tenis en el Lawn Tennis. La dedicación que le puse me permitió jugar torneos nacionales y certámenes profesionales. Siempre íbamos a jugar con mi primo Guillermo Durán, que empezó mucho antes que yo”, dijo quien cursó la primaria en el Colegio Belgrano y la secundaria en el Tulio García Fernández.

De aquella época, Gigli recuerda que era un buen alumno. “Nunca me llevé materias a rendir. Después, cuando terminé la secundaria, ingresé a la universidad para estudiar Administración de Empresa. Esta carrera también la cursará mi hermana Carolina que tiene 18 años”, detalló. Las decisiones de los hermanos son atinadas, ya que si bien Martín está a cargo de la imprenta gráfica que creara su papá, la ayuda y el conocimiento extra siempre ayuda.

Sobre todo porque Gigli, impulsado por un reconocimiento como el de LA GACETA, quiere seguir en ascenso. Para eso el entrenamiento que realiza tres veces a la semana, durante dos horas por día en Italia Padel deberá sostenerse. “Ya tengo mi grupo que nos juntamos siempre. Hay muchachos que juegan muy bien. Andrés Constantinidi, que ahora es mi compañero, lo premiaron en varias ocasiones. Los rivales más calificados que tenemos son Gonzalo Zamora y César Antonio. Luego de los partidos nos prendemos en los ‘tercer tiempos’ que nos sirven para fortalecer la amistad del grupo”, dijo quien está de novio desde hace seis años con Antonella Carlino, que tiene 22 años.

En 2009 dejó de jugar al tenis y a principio de ese año se anotó para jugar los torneos de tercera categoría. “Si tengo que ser autocrítico, mis comienzos en este deporte no fueron para nada auspiciosos. No conseguía los resultados que pretendía. Esto empezó a cambiar cuando encontré un compañero que me ayudó a progresar técnicamente. Comencé a ganar y a pasar de categorías. En 2012 pude ingresar a Primera. El mejor año de mi carrera fue 2013. Fue como tocar el cielo con las manos”, dijo Martín.

En la última temporada logró competir a nivel nacional en los torneos que se llevaron a cabo en Catamarca, Santiago del Estero, Córdoba y Jujuy.

La llegada de los buenos resultados, le permitió conseguir algunos sponsors. “Esto me permitió contar con la ayuda necesaria para poder costearme los viajes y los hospedajes. “Uno de los auspiciantes es quien me provee la ropa deportiva que utilizo en las competencias. Si esto no ocurriría, es medio complicado participar en los certámenes con la asiduidad que se necesita para no perder vigencia”, se resignó el jugador de 24 años.

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