Elvis Costello: hip hop y mucho para escuchar

Elvis Costello: hip hop y mucho para escuchar

Elvis Costello:  hip hop y mucho para escuchar
1) Elvis Costello y The Roots coinciden en el show de Jimmy Fallon. 2) Tocan un par de temas. 3) Les encanta lo que salió. 4) Planean un EP. 5) El EP muta en un abanico de 12 tracks. 6) Aquí está el disco. ¿Fin de la historia?

Se abre la cajita y antes del abordaje del booklet la mirada queda clavada en una gran foto de Costello y Questlove. Charlan mientras suena un vinilo. Questlove (Ahmir Thompson dice la partida de nacimiento) es el baterista y factótum de los Roots, la banda de hip hop con asiento en Filadelfia que embarcó a Costello en este particular experimento artístico. El eclecticismo de Costello, su camaleónica capacidad para tocar y cantar todos los registros imaginables, lo saca airoso. Más no victorioso.

La dirección de "Wise up ghost and other songs" está marcada por el velocímetro de la batería de Questlove, por samplers que remiten a varias estaciones de la travesía de Costello, por los bronces y por la superproducción. No es un disco de hip hop, tampoco de rock. La guitarra de Kirk Douglas se hace desear en más de un tema. Cuando puntea la acústica -"(She might be a) grenade"- se rompe la monotonía. Bien ahí. Entonces, ¿es puramente funk? Tampoco. El groove viene y se va, caprichoso.

Diane Birch acompaña el fraseo de Costello en "Tripwire". De pronto nos topamos con "Cinco minutos con vos" y una voz femenino que canta: "mi padre sabía y me lo susurró/voy a Montevideo y espérame ahí (...) Las balas caen y te harán desaparecer". Es La Marisoul, vocalista del grupo La Santa Cecilia, bomba de la fusión angelino-mexicana.

La lírica del disco es desencantada. Será porque Obama no es lo que prometía. Será porque las chicas que desfilan por estos versos no terminan de definirse. Costello tamizó su voz para sonar más fresco. O más actual. O más joven. Por momentos suena extraño. Eso sí: se despide con una balada minimalista exquisita -"If I could believe"-, con el gran Pino Palladino al bajo. y ahí no hay distorsión. Es él, magnífico. ¿Y el disco? Inclasificable, cambiante, desparejo, decididamente interesante.

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