24 Agosto 2013
GANDUR. Párroco de La Caridad (derecha). LA GACETA / ARCHIVO
El fallecimiento del padre Jorge Gandur deja un vacío inmenso en la comunidad católica de Tucumán. El lunes iba a cumplir 60 años. Fue ordenado sacerdote en marzo de 1979 y sus últimos años se desempeñó como párroco de La Caridad, en Yerba Buena.
Además, estuvo a cargo de la dirección del semanario Cristo Hoy y gracias a su compromiso se concretó la capilla de Adoración Perpetua en Yerba Buena, que funciona las 24 horas de los 365 días del año. Ese oratorio fue el semillero de muchos más que se abrieron en otras diócesis de la provincia y que responden al pedido del papa Juan Pablo II de adorar a Cristo.
El padre padecía una delicada enfermedad que lo llevó a estar internado en Buenos Aires y en nuestra provincia. Falleció ayer a las 11.30 en un sanatorio céntrico. A principios de agosto el papa Francisco le envió un correo electrónico a algunos allegados que decía: "estoy cerca, rezo por el padre Jorge Gandur y le envío mi bendición. Con fraternal afecto. Francisco". Esas palabras llenaron de emoción al padre.
El velatorio comenzó ayer a la siesta en la Catedral. La misa de cuerpo presente será hoy a las 11 en ese templo y luego los restos serán trasladados hacia la parroquia La Caridad porque serán enterrados en el atrio. "Se pidió permiso al Concejo Deliberante de esa ciudad para hacerlo", explicó el padre Darío Montero, canciller del Arzobispado.
En la memoria
"Es una pérdida muy grande porque fue el motor de todos nosotros. Lo último que me dijo fue que el grano de trigo debe ser enterrado para que germine y de frutos", dijo conmovida María Rosa Mendilaharzu, una de las líderes que coordina el oratorio de Yerba Buena.
El próximo sábado se celebran los ocho años de su apertura y la emoción será doble. "Seguiremos acudiendo a él y confiamos en Dios que nos va a ayudar a continuar su obra", agregó. Será recordado como un pastor incansable, muy respetado por sus pares y por la feligresía.
El padre Miguel Alderete Garrido, a cargo de las Peregrinaciones arquidiocesanas, lo recordó como un padre espiritual que habló con Dios de los hombres y que a los hombres les enseñó a hablar con Dios. "Un ferviente hijo de María y de profunda devoción Eucarística. Un pastor amante del sacerdocio católico y fiel a la Iglesia".
Gandur era doctor en Teología, vicario episcopal para los asuntos económicos de la arquidiócesis de Tucumán y también fue rector del Seminario arquidiocesano de Tucumán.
Además, estuvo a cargo de la dirección del semanario Cristo Hoy y gracias a su compromiso se concretó la capilla de Adoración Perpetua en Yerba Buena, que funciona las 24 horas de los 365 días del año. Ese oratorio fue el semillero de muchos más que se abrieron en otras diócesis de la provincia y que responden al pedido del papa Juan Pablo II de adorar a Cristo.
El padre padecía una delicada enfermedad que lo llevó a estar internado en Buenos Aires y en nuestra provincia. Falleció ayer a las 11.30 en un sanatorio céntrico. A principios de agosto el papa Francisco le envió un correo electrónico a algunos allegados que decía: "estoy cerca, rezo por el padre Jorge Gandur y le envío mi bendición. Con fraternal afecto. Francisco". Esas palabras llenaron de emoción al padre.
El velatorio comenzó ayer a la siesta en la Catedral. La misa de cuerpo presente será hoy a las 11 en ese templo y luego los restos serán trasladados hacia la parroquia La Caridad porque serán enterrados en el atrio. "Se pidió permiso al Concejo Deliberante de esa ciudad para hacerlo", explicó el padre Darío Montero, canciller del Arzobispado.
En la memoria
"Es una pérdida muy grande porque fue el motor de todos nosotros. Lo último que me dijo fue que el grano de trigo debe ser enterrado para que germine y de frutos", dijo conmovida María Rosa Mendilaharzu, una de las líderes que coordina el oratorio de Yerba Buena.
El próximo sábado se celebran los ocho años de su apertura y la emoción será doble. "Seguiremos acudiendo a él y confiamos en Dios que nos va a ayudar a continuar su obra", agregó. Será recordado como un pastor incansable, muy respetado por sus pares y por la feligresía.
El padre Miguel Alderete Garrido, a cargo de las Peregrinaciones arquidiocesanas, lo recordó como un padre espiritual que habló con Dios de los hombres y que a los hombres les enseñó a hablar con Dios. "Un ferviente hijo de María y de profunda devoción Eucarística. Un pastor amante del sacerdocio católico y fiel a la Iglesia".
Gandur era doctor en Teología, vicario episcopal para los asuntos económicos de la arquidiócesis de Tucumán y también fue rector del Seminario arquidiocesano de Tucumán.