Pasó de "Little" a "Big Rosario"

Pasó de "Little" a "Big Rosario"

Por Sebastián Fest, DPA

24 Julio 2013

Por Sebastián Fest, DPA

"Big Rosario" toma el control de Barcelona: con la llegada de Gerardo Martino a la dirección técnica del equipo, Lionel Messi demuestra, sin necesidad de emitir palabra, que es el verdadero poder en el multicampeón español. Josep María Minguella, el hombre que lo trajo a España en 2001, se refirió más de una vez a "Little Rosario" para graficar la burbuja de "argentinidad" en que vive inmerso el astro. Ya puede ir hablando de "Big Rosario", porque de esa ciudad es también Martino. El último había sido César Luis Menotti. Sin los Messi sería imposible entender la jugada.

Ya en el verano (boreal) de 2008, Josep Guardiola comprendió que necesitaba a Messi para ser exitoso. Debía ganárselo, hacerlo feliz como jugador. Guardiola fue inteligente al presionar al por entonces presidente, Joan Laporta, para que permitiera al zurdo ir con la Selección a los Juegos Olímpicos de Pekín. "La Pulga" nunca olvidó aquel gesto de Guardiola y se lo retribuyó con grandes partidos y decenas de goles. Es cierto que siempre hizo notar su peso específico, fagocitándose a cualquiera que le hiciera sombra en la delantera, también que su relación con Guardiola terminó muy desgastada. Pero en lo importante, lo futbolístico, ninguno le falló al otro. Todo lo contrario.

Tras el interregno de Tito Vilanova, un hombre al que Messi respetaba desde que lo dirigiera en su época de juveniles, los jefes de "Big Rosario" se encontraron con un momento clave: Messi ya no era un niño. Feliz padre, el mejor futbolista del mundo es, a sus 26 años, un personaje cuyo fútbol y cuyo humor hay que cuidar como joyas.

¿Y Marcelo Bielsa? Desaconsejable para los Messi -y por lo tanto para Barcelona-, porque los términos "Bielsa" y "flexibilidad" no congenian. Flexibilidad es algo que Messi le requiere, sin dudas, en grandes dosis a sus entrenadores, un intenso ejercicio diario de persuasión, paciencia oriental y dotes para descifrar sus silencios, sus medias palabras, sus actitudes.

Cuando lo logran, el rey de "Little Rosario" les paga con actuaciones de ensueño, con goles, con títulos. Un acuerdo tácito al que resulta difícil negarse. Marcelo Bielsa, un hombre que puede hablar durante horas para intentar persuadir a su interlocutor, tiene claro quién es "Tata" Martino. "Yo aprendí con Gerardo Martino lo que es un ídolo, la condición de líder", dijo Bielsa hace dos años durante una charla ofrecida a estudiantes en Santa Fe. Estaba recordando los tiempos en los que dirigió a Newell's y la figura del equipo era Martino.

"Yo veía en el vestuario que entraba Martino y todo el mundo bajaba la voz. Pero no porque fuera a hablarles a los otros jugadores, sino porque entraba él. No necesitaba subir la voz porque todo el mundo quería escucharlo. Eso indica el grado de influencia que tenía con la gente que se vinculaba", agregó el ex DT de la Selección.

El curriculum de "Tata", de 50 años, no impacta en el microcosmos del fútbol europeo, el más poderoso del mundo a nivel económico. Dirigió a dos clubes paraguayos (Libertad y Cerro Porteño), cuatro argentinos (Brown de Arrecifes, Platense, Instituto y Newell's) y a la selección de Paraguay que tuvo contra las cuerdas a España en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica. En sus años de jugador, fue el ídolo de Jorge Messi, así como de cientos de miles de hinchas "leprosos". Fue el líder del equipo que revolucionó el fútbol argentino en los inicios de los '90 a las órdenes de un joven Bielsa. Aquel equipo rojinegro logró el título de liga en 1991 y llegó a la final de Libertadores '92.

Martino es un técnico que siempre les escapó a los escándalos y que siempre se mostró como un líder indiscutido para sus planteles.

Con clara predilección por el juego a un toque, balón en el suelo y ritmo dinámico, Martino también se destaca por su inteligencia en los planteos defensivos, aspecto en el que Barcelona flaqueó durante la segunda mitad de la temporada de Tito Vilanova. "No podría cambiar el discurso que tuve cuando era jugador, cuando pensaba que el futbolista es el más importante, el que decide y lleva adelante una idea. El entrenador puede tener la idea más linda del mundo, pero si los jugadores no la ejecutan bien, no pasa nada", dijo alguna vez.

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