Delbonis y su nuevo estatus

Delbonis y su nuevo estatus

Con el triunfo ante Federer, el veinteañero ascenderá varios puestos en el ranking

EL MEJOR FESTEJO. Los brazos en alto y la sonrisa estampada en el rostro fue la manera en que Delbonis celebró el triunfo.   EL MEJOR FESTEJO. Los brazos en alto y la sonrisa estampada en el rostro fue la manera en que Delbonis celebró el triunfo.
Encontrar la dimensión exacta de ciertos logros suele ser un entretenido desafío para el periodismo. Aquí estoy, desafiado otra vez por lo que producen los tenistas argentinos. El logro convocante no es otro que la inmensa victoria de Federico Delbonis sobre Roger Federer en la semifinal del torneo de Hamburgo.

Perforando el contenido de adjetivos como sorprendente, inolvidable e histórico, el doble 7-6 tiene varias consecuencias inmediatas. Por un lado le permite buscar el primer título ATP de su carrera frente al italiano Fabio Fognini. Por otro, lo proyecta hacia un lugar entre los 65 del ranking mundial. Y por último, modifica su estatus  tenístico. 

Federico dejará de ser el amenazante argentino, trabajador, peleador, y dispuesto a correrlas todas; de muy buen físico, destacado servicio, derecha durísima y un revés más débil. A partir de ahora será quien se animó a derrotar a Federer. Ese joven guapo, valiente y decidido que lo venció en partido cerradísimo, con múltiples situaciones para ponerse nervioso y ceder ante la mayor experiencia de uno de los mitos vivientes. En estos rasgos, estoy convencido, asoma el bonus de Delbonis por estas horas.

Hace tiempo que se sabe que juega bien, que tiene condiciones técnicas y físicas. A partir de esta semana todos sabemos, él incluido, que puede competir mano a mano con los mejores. Porque de esto, de competir y no sólo de jugar, se trata el tenis profesional.

El concepto debe ampliarse, más allá del imán de su triunfo sobre el suizo. La semana comenzó en la qualy, tuvo varios partidos cerrados e incluyó la anterior mejor victoria de su carrera, en cuartos, ante Fernando Verdasco y tras levantar tres match points.

Ingrato como siempre, el tenis sigue y no les da respiro a los vencedores, sino hasta después del partido del domingo. Como ayer, el nuevo examen obliga a Federico a abstraerse de la euforia y disponer cuerpo y espíritu una vez más, para intentar cumplir el resto de los sueños de toda una vida. Ya habrá tiempo de volver a Azul y, sin ponerse colorado, disfrutar con su gente de la transformadora realidad de haberle ganado a Roger Federer.

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