Positiva experiencia para combatir la basura

Positiva experiencia para combatir la basura

12 Junio 2013
Desde hace mucho tiempo, compite con la belleza, representando a la fealdad. Se ha convertido en un atractivo turístico pero por el lado negativo y aunque no la veamos siempre está, podría decir una popular cantautora. La basura es, por cierto, una de las protagonistas no sólo de la ciudad. Por eso todo lo que se haga para erradicarla es bienvenido. La semana pasada, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, se realizó una jornada en Yerba Buena, organizada por el Colegio San Patricio, la Municipalidad de esa ciudad, la Fundación ProYungas y la asociación Bosque Modelo Tucumán, en la que los alumnos del establecimiento educativo tuvieron un papel destacado.

La finalidad es contribuir a que los ciudadanos tomen conciencia de la importancia de la separación de la basura en su origen. La primera acción consistió en discriminar los residuos sólidos urbanos: el plástico, vidrio y papel, por un lado; el orgánico, por el otro. Los estudiantes del colegio San Patricio capacitaron a los habitantes de cuatro barrios cerrados sobre cómo efectuar la separación. Luego, se instalarán depósitos para botellas plásticas en las dos rotondas ubicadas al pie del cerro y en otros puntos estratégicos, para que la gente deje esos residuos. Los envases serán vendidos por el hogar San Agustín y la escuela municipal Petrona de Adami.

El titular de ProYungas sostuvo que el problema de la basura en Yerba Buena es grave porque a nadie le importa demasiado y porque no hay horarios específicos de recolección. Una dirigente de Bosques Modelo Tucumán señaló que la Ciudad Jardín enfrenta serios problemas ambientales vinculados al desarrollo urbano acelerado y desordenado, la generación de residuos, la pérdida o el deterioro de los espacios verdes y la contaminación visual y sonora. Pronosticó que si no se encaran acciones en el futuro tendrá grandes problemas ambientales.

Sería importante que esta iniciativa se mantuviera con firmeza en el tiempo, y que se fueran incorporando a la tarea de concientización de los vecinos, por ejemplo, todos los colegios de Yerba Buena. En San Miguel de Tucumán, se intentó en 2008 a modo experimental la separación de los residuos en algunas manzanas de Barrio Sur, pero no se continuó con la modalidad. Se instalaron el año pasado contenedores en varias manzanas de la ciudad, pero la basura sigue incólume su derrotero en las plazas, en los parques, en las calles.

En otras ocasiones, hemos señalado que para contrarrestar este problema cultural la educación es el punto de partida. Pero esta debería estar acompañada por la sanción al ciudadano infractor y desaprensivo. Podría pensarse en una legislación que contemplara multas onerosas a quienes arrojen desperdicios en la vía publica o que el transgresor tuviese que pasar 24 horas arrestado en una comisaría o apelar al recurso de la suspensión del proceso a prueba (probation), de manera que este deba limpiar solo un basural. Podrían crearse patrullas ecológicas, integradas por beneficiarios de planes sociales, que constantemente recorrieran la ciudad o que fueran los mismos estudiantes quienes concientizaran a los adultos a través de campañas sostenidas en el tiempo. Se podría designar un jefe de manzana rotativo que aconsejara a los vecinos. Una vez al mes, la clase dirigente podría dar el ejemplo limpiando las plazas. La higiene urbana comienza siempre con el ciudadano. Si lo educamos daremos un paso importante en la calidad de vida.

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