Decepción galáctica

Decepción galáctica

Que esté retirado no quiere decir que Guti no sufra con Real Madrid

NO PUEDE CREER. Guti mira atónito los festejos de Atlético Madrid en la Copa. NO PUEDE CREER. "Guti" mira atónito los festejos de Atlético Madrid en la Copa.
19 Mayo 2013
La distancia no le quita el brío que tendría si él estuviera en una grada en el Santiago Bernabeú o bien esperando su turno para entrar y salvar a Real Madrid. José María Gutiérrez, mejor conocido como Guti, llega segundos después de que Atlético Madrid le asestara una estocada impensada al equipo de sus amores.

En el clásico madrileño está en juego la Copa del Rey, el honor de ambas instituciones, las ganas de uno de tomarse venganza de la última vez que se cruzaron en esta instancia en el torneo nacional, y la ansiedad del otro por cortar una racha de más de 10 años sin poder festejar frente a su enemigo blanco.

"Jose", como prefiere que lo llamen, se sienta en la mesa del bar, pide una cerveza y clava la mirada frente a uno de los dos televisores que custodian una especie de corralito de forma de diamante. La ansiedad lo puede tanto que no mira ni a su esposa, Romina, ni a su cuñado, Sebastián Belluscio, quien hace las veces de vocero del ex volante "galáctico".

El tipo está en otra, en un mundo tan lejano como Madrid de Tucumán. Y Ronaldo falla una clara y él se levanta; después "Pipita" Higuaín tiene la suya y la desperdicia. "Jose" brinca como cualquier hijo de vecino. Sufre este fanático por donde se lo mire.

Gesticula, se enoja. Tiene ganas de gritar pero se las aguanta. Sería un loco suelto en Yerba Buena. LG Deportiva deja que la procesión siga su curso normal. No es tiempo de charla, sólo de comprensión. Llega el instante de brazos cruzados, de un "no, no" después de que "aleti" termina de asesinar al asesino que le había perdonado la vida en más de una ocasión durante los 90 minutos reglamentarios.

El partido se movió tan rápido como "Guti" de su silla. Estuvo inquieto porque sabía que poco y nada podía hacer para cambiar el destino de una nueva decepción esta temporada. Sin más ni menos que una sonrisa cómplice, de esas ideadas para que las estrellas sonrían para la foto en un acto de protocolo, llega el momento del disparo de los flashes, y del adiós.

Hablar de algo distinto al fútbol no da. La moral de "Jose" está por el piso. Hay que dejar que el río interior aleje el dolor y su cauce vuelva a la normalidad.

Romina lo aleja de la TV, después de terminar su jugo de naranjas, y lo invita a un local de ropa de niños. Enzo, el primer hijo de la pareja, que se llama así por Enzo Francescoli, no está con sus papis. Sus abuelos lo cuidan. La familia selecciona entre la variedad y define. El rubio, acá, es uno más. Pocos saben la personalidad que el viernes visitó estas tierras.

Pide apoyo

Tras el paso del huracán emocional, Sebastián trae a su cuñado a la mesa de LG Deportiva, lo presenta ante el cronista de este diario y libera la zona para una pregunta. Una que apunta al deseo del ex futbolista, de paso por España y Turquía (se quedó con ganas de jugar en River).

Días atrás, la familia Gutiérrez estuvo en Salta, donde inauguró la "Academia Internacional Guti". "En diciembre regreso al país (da la sensación de que pasará las fiestas acá). Estoy muy contento por el proyecto que arrancamos. Esperemos que se pueda hacer una acá, pero necesitamos el apoyo de todos", explicó el "Galáctico", que el mes que viene terminará el curso de técnico nacional en España.

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