El tras cartón de Federer-Del Potro

El tras cartón de Federer-Del Potro

DYN DYN

¡Qué baile tuvimos anoche! La primera exhibición entre Roger Federer y Juan Martín del Potro fue un compendio de calidad y de tenis de alta escuela como ellos nos tienen acostumbrados durante la temporada. Pero todo aquello que sucedió más allá de la cancha no fue tan feliz. Quedaron expuestas muchas fallas de organización, atribuibles algunas a la empresa Imagen Deportiva, y otras a la intendencia de Tigre, sitio donde se montó el estadio tubular para casi 20.000 espectadores.

Si bien había señalizaciones, la previsión que se hizo fue errónea: todo se desbordó y se produjeron cuellos de botella en la desconcentración de los espectadores. Fue un error lo hecho y no debió ser así, porque todas las entradas estaban vendidas con anticipación.

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Dentro del predio, la señalización era tan floja que la gente estaba desorientada y no sabía para donde ir. Y para agravar la situación, estuvo el problema de las grampas que cedieron en la parte donde apoyaban los tablones. Un vocero de la organización explicó sobre el asunto, pero no convenció a nadie. Y ni siquiera Defensa Civil comunicó algo al respecto. Lo cierto es que el público dijo que la tribuna se fue para abajo y los bomberos, vista la situación, no querían habilitar el estadio. Por momentos, el fantasma de una suspensión sobrevoló muy visiblemente.

Vale señalar que las más de 400 personas afectadas por el incidente de los tablones fueron reubicadas como se pudo. Y que muchos terminaron viendo el partido parados, y eso que habían pagado religiosamente su entrada, que no era la más barata pero tampoco la más cara.

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Una imagen me queda nítida: la conferencia de prensa del miércoles fue hecha con un clima y en un lugar como las que se efectúan en Europa. Y la exhibición se realizó en un ámbito bien nuestro, bien criollo, improvisado y caótico.

De tan impaciente que se puso el público, es que se explican los chiflidos para el intendente tigrense Sergio Massa (que fue a ver la final que jugaba Tigre por la Copa Sudamericana), para Cacho Castaña (todos se callaron cuando empezó a entonar el Himno) y para el juez Norberto Oyarbide. Ese último se llevó por lejos el primer lugar del ranking de insultos.

Un detalle más de lo difícil de la noche: el descuidado estado de la sala de prensa. No había enchufes, hubo problemas con la señal de internet, las sillas eran pocas y las mesas de una endeblez espantosa.

También es cierto que muchos pasaron por alto tantos inconvenientes solamente por tratarse de la ocasión de ver en vivo y en directo al más grande del tenis de todos los tiempos.

Ojalá esta noche, cuando a las 20.30 comience la segunda exhibición, todo lo sucedido anoche solo sea un mal recuerdo. Quizás quienes organizan aprendan de la experiencia. Quizás. Aunque estamos en la Argentina, donde todo es posible.

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