El Museo de Bellas Artes

El Museo de Bellas Artes

Resulta francamente positivo que se hayan concretado trabajos de refacción en el edificio de 9 de Julio primera cuadra.

23 Septiembre 2003
Hace pocos días, dedicamos una extensa nota a la próxima rehabilitación del edificio de 9 de Julio primera cuadra, como Museo Provincial de Bellas Artes. Como se sabe, ese inmueble albergó la colección artística oficial hasta 1999, año en que fue trasladada a las instalaciones de la Casa de la Cultura, en calle San Martín 251. El edificio de calle 9 de Julio quedó entonces cerrado. Hace un par de años se iniciaron trabajos de restauración, los cuales no tuvieron continuidad hasta estos últimos meses, cuando adquirieron el ritmo necesario para la habilitación, anunciada para comienzos de la próxima semana.
El criterio de la Secretaría de Estado de Cultura, es dividir el Museo en dos ámbitos. La colección permanecerá en la Casa de la Cultura y en el local de 9 de Julio se realizarán exposiciones. En esta etapa se inaugurarán la sala central y dos salas pequeñas, una de las cuales tiene comunicación con los fondos de la Secretaría de Turismo. El titular de Cultura manifestó que "la posibilidad de integrar el Museo a un complejo turístico es una de las variantes que está en estudio".
Resulta francamente positivo que se hayan concretado trabajos de refacción y restauración en el local de calle 9 de Julio. El cierre, prolongado durante tantos años, hacía albergar temores respecto del destino final de ese inmueble que, con justicia, se considera incorporado al patrimonio arquitectónico de la ciudad. Como se sabe, fue construido en 1905 sobre un diseño del arquitecto Alberto Pelsmaeckers, destacado profesional que en nuestro medio ejecutó obras como la actual sede del Rectorado de la UNT, la iglesia del Corazón de María y el palacio episcopal, para citar algunas de las que se conservan.
El primer destino del edificio fue el de sede central del Banco de la Provincia de Tucumán, hasta fines de la década de 1920. Posteriormente albergó, durante muchos años, al Consejo General de Educación, y en 1977 se lo destinó a museo, hasta que su deterioro determinó la interrupción vigente hasta la actualidad. Los estudiosos de la historia de la arquitectura han destacado la originalidad de este excelente ejemplo de diseño académico, en el cual resaltan tanto la imponente fachada como el techo de su salón principal, sostenido por columnas de hierro y dotado de una gran claraboya y de vitrales.
De acuerdo con lo usual en los países civilizados, edificios como el de 9 de Julio primera cuadra deben ser conservados. Lo que no implica convertirlos en monumentos inertes, sino darles finalidades que permitan su aprovechamiento por parte de la comunidad. Es lo que, felizmente, va a ocurrir en este caso. Por otro lado, que el Museo Provincial de Bellas Artes tenga dos sedes le permitirá mostrar su colección en mucha mayor medida de lo que ha podido hacerlo hasta el presente. Hay que tener en cuenta que se trata de una institución con un soberbio patrimonio de alrededor de 700 obras de las diversas especialidades artísticas, muchas de ellas firmadas por creadores de gran prestigio internacional.
Nuestra nota consignaba que alrededor de medio centenar de cuadros del Museo están distribuidos en oficinas de la Casa de Gobierno. Como lo hemos sostenido en otras oportunidades, la práctica de llevar piezas museológicas a los despachos oficiales es nefasta. Los cuadros del Museo deben estar en él, a salvo de todos los riesgos que implica colgarlos en otras partes, por decorativo que ello parezca. Si el Gobierno provincial desea obras de arte para la Casa de Gobierno, debiera adquirirlas con ese fin específico, y no acudir a las que fueron, en su momento, compradas o donadas para el disfrute de todos. Es de esperar que en esta nueva etapa tales cuestiones se corrijan debidamente.

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