24 Octubre 2012
Nuevo Espacio Lírico pondrá en marcha hoy el ciclo denominado "Presencia Latinoamericana", con un recital dedicado a las obras de Héitor Villa-Lobos. El repertorio incluirá los "Cinco Preludios", la Suite Popular Brasileira y la famosa aria "Cantilena", de la Bachiana Brasileira Nº 5.
Los intérpretes serán Mileva Fernández Pavicich (canto), Fernando Jalil (guitarra) y José Luis Arcuri (flauta traversa). El musicólogo José Luis Conde brindará una semblanza del autor. La dirección general está a cargo de la maestra Viena Francone. El acto se dedicará al recientemente fallecido profesor Luis Martínez Ibazeta.
Autor de un catálogo de colosales proporciones, con cerca de 2.000 composiciones que abarcan todos los géneros, Héitor Villa-Lobos es una de las figuras esenciales de la música brasileña.
Primeras lecciones
De la abundante producción sobresalen las nueve "Bachianas brasileiras" (1932-1944), en las que Villa-Lobos se propuso sintetizar el contrapunto de Bach con las melodías populares de su patria. La quinta de ellas, compuesta para soprano y conjunto de violoncelos, ha conquistado merecida fama.
Villa-Lobos recibió las primeras lecciones musicales de su padre, violoncelista aficionado. El violoncelo, precisamente, iba a ser su primer instrumento; más tarde aprendió a tocar el piano y varios instrumentos de viento. De allí a la composición hubo un paso.
Los intérpretes serán Mileva Fernández Pavicich (canto), Fernando Jalil (guitarra) y José Luis Arcuri (flauta traversa). El musicólogo José Luis Conde brindará una semblanza del autor. La dirección general está a cargo de la maestra Viena Francone. El acto se dedicará al recientemente fallecido profesor Luis Martínez Ibazeta.
Autor de un catálogo de colosales proporciones, con cerca de 2.000 composiciones que abarcan todos los géneros, Héitor Villa-Lobos es una de las figuras esenciales de la música brasileña.
Primeras lecciones
De la abundante producción sobresalen las nueve "Bachianas brasileiras" (1932-1944), en las que Villa-Lobos se propuso sintetizar el contrapunto de Bach con las melodías populares de su patria. La quinta de ellas, compuesta para soprano y conjunto de violoncelos, ha conquistado merecida fama.
Villa-Lobos recibió las primeras lecciones musicales de su padre, violoncelista aficionado. El violoncelo, precisamente, iba a ser su primer instrumento; más tarde aprendió a tocar el piano y varios instrumentos de viento. De allí a la composición hubo un paso.
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