Desde Goiana
20 Septiembre 2012
- Bien acompañado.  Un puñado de argentinos, que nunca falta, logró hacerse sentir anoche en la inmensidad del estadio Serra Dourada de Goiania, escenario del partido entre el seleccionado de Alejandro Sabella y Brasil por el partido de ida del Superclásico de las Américas.

- Esfuerzo. Ni siquiera el calor agobiante que dominó la jornada aplacó el ánimo argentino, que tuvo como premio, a la hora del partido, una temperatura más agradable gracias a la presencia de un fresca brisa.

- Regalito. El público colmó los 40.000 lugares disponibles para el choque (el estadio tiene capacidad real de 55.000, pero no fue habilitado totalmente). Para que ello ocurriera, el gobierno local empujó la convocatoria: entregaba una entrada general a cambio de la presentación del comprobante de un pago de impuestos.

- Entradas costosas. La iniciativa de regalar entradas a los buenos contribuyentes "disimuló" el precio de los boletos, que iban desde los 90 reales hasta los 190 las plateas (más de $ 400).

- Aplausómetro. La estrella Neymar fue, por lejos, el más aplaudido entre los integrantes del cuestionado Mano Menezes, seguido por Luis Fabiano. Los argentinos, más allá del aliento de aquel puñado de compatriotas, recibieron un silbido monocorde.

- Otro desafío.  Los hinchas argentinos podrán estar tranquilos. Habrá revancha en la pelea del aliento, el 3 de octubre, cuando Argentina sea local en el estadio Bicentenario del club Sarmiento de Resistencia, la capital de Chaco.

- Apoyo. Juan Sebastián Verón destacó el trabajo de  Sabella al frente de la Selección  al asegurar que de a poco va nutriendo paulatinamente al equipo con su estilo de juego. "Va encontrando el estilo de a poco, aunque la tarea no es sencilla, ya que no cuenta con mucho tiempo para trabajar. Alejandro es inteligente y el mensaje siempre es directo y eso lo puede ayuda porque en su puesto los tiempos son otros, ya que en dos o tres días tiene que armar un equipo distinto", opinó.

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