El magisterio es más exigente, y los puestos laborales siguen siendo insuficientes

El magisterio es más exigente, y los puestos laborales siguen siendo insuficientes

Quiénes estudian para ser docentes son en general jóvenes que se inscriben después de haber abandonado otras carreras. Toman clases durante cuatro años y realizan prácticas intensivas en escuelas. Las estadísticas prueban que la mayoría abandona a mitad de camino. De cada 100 ingresantes, solamente 12 llegan a recibirse. Perfiles y expectativas de los nuevos docentes de esta década.

EN RECREO. Los futuros maestros opinan que el Magisterio los prepara para atender las diversas problemáticas que se producen en las aulas. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI EN RECREO. Los futuros maestros opinan que el Magisterio los prepara para atender las diversas problemáticas que se producen en las aulas. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI
En la Junta de Clasificación, unos 13.000 docentes se reinscriben año a año, muchos de los cuales no tienen cargos todavía. Y en lo que va de 2012 se inscribieron 1.700 nuevos maestros de primaria. Aún cuando la carrera del Magisterio es más exigente y los egresados suman solo 12 de cada 100, los puestos de trabajo disponibles no superan los 150.

Con el nuevo plan de estudios se logró regular el ingreso de miles de jóvenes que vieron en esta carrera una posibilidad, a corto plazo, de obtener un empleo dentro del Estado. Sin embargo, no es fácil conseguir un cargo para empezar a trabajar en una escuela.

En los institutos de formación, los ingresantes son jóvenes de más de 24 años, y muchos de ellos llegan al Magisterio después de haber cursado alguna tecnicatura; otros abandonaron la universidad. Tenían una idea light de la carrera docente pero pronto descubrieron una realidad distinta. Desde hace cinco años el Ministerio de Educación cambió el plan de estudios y elevó a cuatro años el cursado, con más de 40 materias y miles de horas de prácticas, más una residencia final. El ingreso es el primer filtro de la carrera: deben rendir y aprobar con más de seis puntos, Matemáticas, Lengua, Ciencias y Tecnologías de la Información y la Comunicación (Tics). Esto último también es nuevo.

Un antes y un después
En la década del 90 se denunció el hallazgo de certificados truchos en cientos de legajos docentes; el objetivo era sumar puntos y estar mejor calificados para obtener un cargo mediante certificaciones apócrifas. La docencia tucumana quedó bajo sospecha. Este hecho marcó un antes y un después en la formación y calificación del maestro.

El Gobierno logró consensuar con los gremios la necesidad de producir cambios en la formación académica y extender un año más la carrera docente. Este año egresará la primera promoción de ese plan de estudios. Nuevos ingresantes prometen sumar calidad pedagógica en las aulas.

"La carrera es difícil, pero fueron positivos los cambios, porque la docencia está desprestigiada. Si bien no tiene nivel universitario, por la cantidad de horas de prácticas el trabajo futuro en el aula va a hacer la diferencia", opinó María Luz Noli (25) estudiante del Instituto Lola Mora, que funciona en la Escuela Normal. "Aquí, de cada 100 ingresantes solo egresan 12 maestros de grado", dijo Pablo Osores (25), de 2°; dato que fue confirmado por la docente Irma Arnéz. El nuevo plan incluye más materias humanísticas; pedagogía, Tics, y problemáticas sociales, un espacio en donde la práctica es fundamental, dijo Luz Narvaja (27). Los jóvenes objetan las múltiples funciones que realizan los maestros. "Pierden muchas horas de clases para dar el desayuno a los chicos, o el complemento, y si algún alumno falta mucho deben ir a su casa a buscarlo. En esto no estamos de acuerdo; la función del docente es enseñar, no ser asistentes sociales". Dicen que en las escuelas en las que les tocó hacer las prácticas existen situaciones complejas: "muchos chicos con sobreedad, alumnos que van una semana y la otra no. Lo hacen para cumplir con las exigencias de la Asignación Universal por Hijo; esto es parte de la realidad en la que deberemos actuar".

Voces de la experiencia
"La docencia no es una profesión cualquiera; el título no es suficiente si falta vocación", enfatiza Elina de Macchioni, jubilada tras 38 años en la docencia. Ella prefirió enseñar siempre en una escuela rural.

En esta profesión, que durante más de una década fue una de las fuentes de empleo más accesible para todos, hay diversidad de perfiles. Con cada Gobierno hubo cambios en la formación. Lo que no se toca -por distintos intereses- es la cantidad de instituciones formadoras, entre privadas y públicas. "El mercado está saturado; hay que regularlo porque en un par de años serán 20.000 los docentes sin empleo", opinó Mario Carranza, docente de escuelas públicas y universitarias. Mery Apás fue por muchos años una de las maestras que más tiempo enseñó en los primeros grados de la escuela Martha Salotti, en Villa Mariano Moreno. Confiesa que nunca le interesó hacer carrera; es decir, concursar cargos de jerarquía para posicionarse, contrario a lo que los jóvenes de hoy aspiran. "Prefiero estar con los alumnos, y enseñar a leer y a escribir, que es lo más difícil", añadió. Todos los años se reinscribe en la Junta y no logra obtener otro cargo. Vive con un solo sueldo. David Toledo, secretario general de ATEP, el gremio que nuclea a los docentes primarios dijo -ante el panorama poco alentador de inserción y mejora laboral para los maestros- que el Estado debe planificar la provisión de los profesionales que la sociedad realmente necesite. "No hay que crear falsas expectativas a los jóvenes -sostuvo-. En Tucumán hay 12.000 aspirantes en el padrón de maestros de grado para cubrir 150 cargos titulares".

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