"Cuando estás en el aire no hay lugar para las dudas"

"Cuando estás en el aire no hay lugar para las dudas"

Un piloto de Aerolíneas nos cuenta cómo son sus días a gran altura.

SUEÑO HECHO REALIDAD. Mauricio ya suma 2.500 horas en el aire. SUEÑO HECHO REALIDAD. Mauricio ya suma 2.500 horas en el aire.
16 Septiembre 2012
Volar produce un hechizo, revela Mauricio Falci. La magia de las naves lo atrapó cuando era muy chico. Ahora, con 34 años y después de una larga y costosa preparación, logró cumplir su sueño: es piloto de Aerolíneas Argentinas. Cada vez que se sienta en la cabina, los controles de la aeronave se convierten en una extensión de su cuerpo. Sabe que es peligroso trabajar tan lejos de la tierra. Pero no tiene miedo. Es allí, en el aire, lejos de todo, donde se siente totalmente feliz.

El libro de vuelo de Mauricio ya suma 2.500 horas entre las nubes. Su carrera comenzó en el Aero Club tucumano, poco después de haber terminado el secundario. Pero no se conformó. Decidió que cada vez treparía más alto. Por estos días se desempeña como copiloto de viajes regionales y pasa la mayor parte de la semana entre Chile, Brasil, Bolivia y Argentina. "Es un trabajo maravilloso", expresa, aunque reconoce que no es fácil para su familia saber que permanece muchas horas a 41.000 pies de altura.

"Un piloto no puede tener miedo, mucho menos después de conocer todos las medidas de seguridad que tiene la aeronáutica. Siempre está la posibilidad de sufrir un accidente, por supuesto, pero yo tengo temor cuando voy en un auto por la ruta, nunca en un avión", resalta.

Y describe algunas características de quienes pilotean aviones: "son hombres lógicos, disciplinados, que necesitan pensar claramente; de otra manera se arriesgan a perder violentamente la vida".

El despegue y el aterrizaje son momentos sublimes para Mauricio. Cada vibración, cada sonido, cada olor tiene un sentido que él debe interpretar, detalla. Según dice, no vale amilanarse ante los frentes de tormenta. "Es todo un desafío superarlos -expresa-. No lo vivo como un peligro; ya me acostumbré. En el aire no hay lugar para las dudas".

Cuando permanece con los pies en la tierra extraña estar cerca del cielo: "el aire es mi oficina, tiene una vista espectacular, única. Me encanta sentir que estoy más allá. Es mi forma de alejarme de todo y sentirme en paz. Es un privilegio".

Lejos de la tierra, Mauricio ha vivido situaciones de lo más increíbles. Recuerda que cuando estaba estudiando y debía juntar horas de vuelo lo contrataban para fotografiar campos y pasear recién casados. No olvidará nunca un día en el que tuvo que convertirse en un detective del aire. "Habían robado un camión y me contrataron para encontrarlo desde arriba -relata-. Recorrí toda la provincia y logré ubicarlo en un campo, adonde estaba escondido".

Aunque su vida está repleta de turbulencias, Mauricio no siente inseguridad en el aire. "Siento libertad, sobre todo -enfatiza-. Estar arriba de todo te permite ver otra realidad, esa que no está al alcance de cualquiera". Y reconoce que pasar cerca del cielo tucumano le eriza la piel. Extraña sus montañas. Le gustaría poner un freno de mano y bajar en ese mismísimo momento. Piensa en su familia, en sus amigos, y afirma: "esto es lo triste de cuando uno elige volar, se termina alejando de todo".

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