
SOBERBIA ACTUACIÓN. En dos monólogos de la obra la actriz brinda sus propias clases de interpretación. Son pasajes para seguir con suma atención. LA GACETA / FRANCO VERA ( ARCHIVO)

Son clases magistrales. Las brinda María Callas en la ficción, pero sobre todo la enorme Norma Aleandro, quien vuelve a ponerse en la piel de la inolvidable soprano. "Master Class", obra en dos actos escrita por el dramaturgo norteamericano Terrence Mc Nally, se detiene en las célebres clases dictadas por Callas en Nueva York entre 1971 y 1972. La pieza fue estrenada por Aleandro a fines de la década del 90 y la retomó 14 años después.
Según la actriz, en esta nueva puesta se establece una visión más próxima a la persona de la cantante, no solo a su vida profesional. "Hay dos monólogos en los que se puede observar el ascenso y la caída de Callas", le contó Aleandro a LA GACETA durante una entrevista en la que opinó también sobre el teatro, la televisión y la actualidad nacional.
La obra se presentará mañana a las 22 y el domingo a las 21, en el teatro San Martín (avenida Sarmiento y Muñecas).
- ¿Cree que los avatares de su vida privada, esto de convertirse en mediática por ser la amante de Aristóteles Onassis, modificó la carrera artística de María Callas, o la afectó?
- Así es. Si ella no hubiera conocido a Onassis -a quien se le adjudica el hecho de haberla retirado del canto mediante sus presiones en tal sentido-, seguramente su carrera hubiera sido más prolongada, como lo fueron las de otras cantantes. Y no se hubiera muerto de tristeza, que fue realmente el verdadero motivo. Él la consideraba como un objeto comprado, que le pertenecía. Odiaba la ópera, lo aburría. Lo único que le interesaba de Callas era el roce social que podía conseguirle -algo de lo que no gozaba- y que más tarde aumentó al abandonarla por Jackeline Kennedy. Eso, y la pérdida del hijo que no pudo concebir la destruyeron moral y físicamente. Perdió su voz, que era el único tesoro que tenía. Y perdió al amor de su vida. Eso se refleja en la obra en los dos monólogos en los que Callas, haciendo abstracción de la realidad en la que se encuentra -una clase magistral, con alumnos de la Julliard School- se sumerge en los fantasmales recuerdos de su adolescencia en Atenas. Allí, el hambre, la guerra y la pobreza no pudieron impedirle ser una alumna rigurosa y disciplinada. En esos dos monólogos es donde puede observarse el ascenso y la caída de Callas.
- Su registro actoral, ¿se ha modificado en una y otra puesta?
- En esta nueva puesta, que conserva todo el sabor de la primera y en la que también contamos con un elenco excepcional, hemos puesto el acento especialmente en esos dos monólogos. En ellos es donde buceamos en procura de las aristas más peligrosas y destacadas de Callas con su marido, Batistta Meneghini, y su amante Aristóteles Onassis. En ellos se justifican todas las actitudes aparentemente despóticas de esta mujer, que en realidad lo único que exigía en sus alumnos era la misma disciplina y dedicación que ella se había impuesto a sí misma. También hemos subrayado algo más los rasgos humorísticos que la distinguían, que no por menos incisivos o ácidos resultaban sumamente efectivos.

- ¿Cómo ve la televisión actual?
- Nuestra televisión tiene un abanico de posibilidades enorme, el que se ha visto ampliado aún más por el cable. Afortunadamente para el telespectador la oferta es tan variada que puede optar por aquello que más le satisfaga y entretenga. Lo bueno es que últimamente ha crecido muchísimo la ficción y ahora compiten abiertamente teleteatros y unitarios -muchos de excelente calidad- con los típicos programas de concursos y entretenimiento. Yo veo muy poca televisión de aire, porque durante el día estoy ocupada ya sea estudiando, leyendo o yendo mucho al cine (los días que no tengo teatro a la noche o no estoy de gira). Y por la noche, si estoy trabajando cuando regreso a casa es tarde y estoy demasiado cansada.
- Me contaba acerca de la prolífica actividad teatral en Buenos Aires, y que hay muchos talentos. ¿Observa usted que alguna escuela o tendencia es dominante, sea en los circuitos comercial, off u oficial?

- Buenos Aires tiene la cartelera teatral más extensa del mundo. Es increíble la oferta que hay, tanto en el ámbito comercial como en el llamado off. Y lo bueno es que no hay tendencias dominantes en ninguno de los ámbitos. Es buenísimo ver cómo un talento como Claudio Tolcachir -nacido absolutamente en el teatro independiente- puede frecuentar con éxito tanto el ámbito en el cual creció y se formó, y en el que hasta consiguió inaugurar su propia sala y realizar giras con sus espectáculos por todos los festivales más importantes del mundo, como presentar en el circuito comercial obras como "Todos eran mis hijos", "Buena Gente", o "Agosto". La que tuve el placer de protagonizar y con la que también conseguimos una repercusión espectacular. Hay otros ejemplos, como Daniel Veronese o Javier Daulte. Y en sentido contrario, actores ya consagrados por la televisión como Gonzalo Heredia, que no se conforma con el rol de "galán" y se larga a hacer en un teatro de Palermo "El Montaplatos", de Harold Pinter.







