Nace una estrella... ¿se apaga otra?

LONDRES.- La corona de rey de la natación empieza a caer de la cabeza de Michael Phelps. Al menos para su consuelo, la dinastía seguirá siendo estadounidense porque la paliza que le dio su amigo y compatriota Ryan Lochte en los 400 metros combinados lo perfila como la nueva estrella que lo sucederá.
"Estoy listo para incendiar estos Juegos", afirmó con aires piromaníacos, en sentido figurado, el nuevo campeón olímpico. Lochte "incendió" la pileta de Londres con una marca de 4´5"18/100 para dejar a Phelps, con 4´9"28/100 a más de 4" de distancia y en el ¡cuarto puesto!
El brasileño Thiago Pereira, medalla de plata, y el japonés Kosuke Hagino, de bronce, fueron los otros nadadores que no le permitieron vislumbrar a Phelps ni de cerca el brillo del metal olímpico.
"Intenté encontrar una marcha que no estaba. Sufrí en los últimos 100 metros", analizó un Phelps que no se anduvo con demasiadas vueltas. "Me siento para la mierda", expresó.
Cambio
A cuatro años de los ocho oros de Phelps en Pekín 2008 se necesitaron apenas cuatro minutos para cambiar por completo el escenario. Phelps no perdía una final olímpica desde el 16 de agosto de 2004, cuando se llevó el bronce en los 200 metros libres de Atenas. Desde entonces sumó 12 finales y 12 oros. Con 14 oros y dos bronces, Phelps es el deportista olímpico con más medallas doradas de la historia. Y si suma tres más, de cualquier metal, será el que más medallas haya ganado, un logro que parecía al alcance de su mano antes de la debacle que significó la victoria del muchacho de Rochester.
Lochte es un año mayor que Phelps, aunque su evolución fue diferente. Antes comía seguido en McDonald's, se entrenaba con poca intensidad, se lesionaba practicando skate y trascendía más por sus excentricidades. Phelps ya había caído ante Lochte en los "trials" estadounidenses. Un anuncio o quizás una alerta parecida a la de ayer cuando Phelps clasificó a la final olímpica en un inusual octavo lugar que eclipsó a la estrella. (DPA-Especial)