Hay menos incendios, pero no baja la polución

Los registros oficiales indican que en los últimos años han disminuido las quemas de caña en la provincia. La Dirección de Defensa Civil informó que en 2009 hubo 580 incendios y el año pasado esa cifra se redujo a la mitad. Sin embargo, el aire sigue siendo demasiado insalubre para la población, según las investigaciones realizadas.

"En 27 años de evaluaciones, la calidad del aire se mantuvo igual o peor conforme avanzaba el tiempo. No hay mejoras", sentenció el licenciado Juan Carlos Luján, quien dirigió el estudio "Atmósfera sucia, insalubre y alergénica", realizado en la cátedra de Química de la Universidad Tecnológica de Tucumán (UTN). Según este trabajo, en épocas de zafra la contaminación por humo y hollín supera hasta 600 veces los límites establecidos mundialmente. Y se detalla que el ensuciamiento del aire proviene en gran parte por la quema de caña. También se indica que en Tucumán se gasta entre cuatro y 10 veces más dinero que en otras ciudades en medicamentos para las vías respiratorias.

Un informe elaborado en la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Bioquímica de la UNT, a pedido de la Justicia Federal, determinó el enorme daño que la quema de caña produce sobre el medio ambiente. "Están matando la biodiversidad", resumió Susana Ponce de León, quien participó en el estudio.

Según esta investigación en la quema de caña se liberan gases y compuestos orgánicos persistentes, algunos de los cuales son cancerígenos. "Muchas veces vemos sólo el efecto inmediato que esta práctica produce en la gente: problemas bronquiales y alérgicos. Pero no estamos viendo el daño profundo que esto genera. Según nuestros estudios, la quema de cañaverales afecta el proceso que permite el crecimiento de las plantas y también libera componentes cancerígenos. Los efectos se verán en algunos años y son muy serios. Sabemos que esto tiene un motivo económico, pero debemos detener la práctica; es muy peligrosa", apuntó.