Una investigación que saca a la luz algunos prejuicios muy influyentes

El estudio de los investigadores del Cedlas desnuda prejuicios sumamente arraigados en el imaginario social argentino, que tienen una decisiva influencia en las políticas públicas de redistribución de ingresos. Entrevistado por LA GACETA, el economista Martín Tetaz puntualiza de qué manera esos preconceptos inciden tanto en la mirada general sobre las políticas de asistencia a los pobres como en la percepción de los sectores mejor posicionados respecto de la aplicación del Impuesto a las Ganancias.

- ¿Qué lectura hace del hecho de que los encuestados que sobrevaloraron su posición social, enterados de que son más pobres de lo que pensaban, cambian de parecer en porcentajes importantes y, entonces sí, incrementan su demanda de distribución de riqueza?

- Es lógico por dos razones. Una es de naturaleza marxista: recuperan la conciencia de clase que el sesgo les habia quitado. La otra: naturalmente, la redistribución implica sacarle a los que tienen más para darle a los que tiene menos: saberse beneficiario aumenta el apoyo a cualquier politica.

- ¿Por qué difiere tanto la inclinación a que el gobierno le dé alimento a los pobres con respecto a que les dé dinero? ¿Y por qué es tan abismal la brecha entre esto y la inclinación a que se les dé trabajo? ¿Hay una suerte de prejuicio respecto de que no es conveniente darles dinero pero sí esfuerzo?

- En efecto lo hay, y es un error: si el Gobierno les resuelve el problema dándoles alimentos, las personas pueden dedicar la plata que gastaban en comida a otros gastos (presuntamente no deseados por quienes redistribuyen)

- Esa idea más o menos difundida de que la Argentina es lo que es por la importancia de su clase media, ¿influye en la identificación de sectores de alto y de bajo poder adquisitivo con esa clase social, con independencia de la influencia del entorno de referencia?

- No. Con independencia del entorno de referencia, es difícil pensar que hay un "placer por sentirse de clase media". No parece haber una cuestión aspiracional, o ciertamente no en el caso de los que más ricos. Pero es opinable en el caso de los de menores ingresos.

- La investigación da cuenta de que estos estudios de percepción pueden contener claves para entender por qué, a veces, las clases bajas pueden apoyar políticas fiscales que desalientan la distribución de la riqueza. En el caso argentino, propiamente, ¿qué otras cuestiones ayudan a reentender estos resultados?

- Hay muchas discusiones cortadas por esta tijera. Por ejemplo la del financiamiento de la educación universitaria o, más recientemente la referida al mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. Hoy un trabajador que gana $ 10.000 no quiere pagar ganancias porque no se da cuenta de que esta en el percentil 85 (en la franja superior), entonces cree que los de altos ingresos son otros.