No es un domingo más, de esos en los que reinan asados o ravioles. Por otra parte, la Cuaresma y el Viernes Santo ya abrieron las puertas al pescado y a las verduras. ¿Qué preparamos para el almuerzo del Domingo de Resurrección? Entre las costumbres gastronómicas para estos tiempos aparecen dos protagonistas: el cordero y el cabrito (su reemplazante en estas tierras donde no abundan las ovejas).
Un poco de historia
Nunca se sabrá a ciencia cierta, pero la tradición indica que, en la última cena, Jesús y sus discípulos comieron cordero, pan sin levadura y hierbas amargas, pues, como buenos judíos, conmemoraban el tiempo en que Dios había librado al pueblo de la esclavitud en Egipto. El libro del Éxodo (12,3-11) cuenta que Javeh dio a Moisés las instrucciones que debían cumplir: sacrificar el cordero, comer su carne y, con la sangre, marcar las puertas, para que a su paso (eso es lo que significa Pascua) el Señor no matara los hijos de los israelitas. Debían hacerlo, además, listos para partir: empezaba el camino a la Tierra Prometida.
En la cocina local
Si decimos cordero, casi inmediatamente pensamos "patagónico", pero no tiene por qué ser así. Es cierto que en el sur se concentra el 60% de la producción, pero también puede conseguirse carne de muy buena calidad de otros lados del país. Y aunque su consumo no es frecuente, después de las seguidillas de subas de precios las ventas crecieron en algunas provincias un 70%.
Entre nosotros, sin embargo, el cabrito se lleva los laureles. Dicen algunos que los mejores vienen de Córdoba; pero lo cierto es que, junto con los dorados de El Frontal, los de Río Hondo tienen fama internacional.
Te proponemos para el domingo dos recetas: una para el típico cordero pascual y otra, con cabrito, que sigue una tradición para estas fechas en Italia.