Cinco razones para creer que sos un niño herido

Cinco razones para creer que sos un niño herido

¿Cómo darnos cuenta de que tenemos un niño herido en nuestro interior? "Hay varias maneras de detectarlo", dice la psicoterapeuta Carmina Varela, del Centro Gestáltico "San Isidro"-NOA. En general, si notás que reunís algunas de estas características podrías sospechar que todavía hay un pequeño dolido en tu pasado que necesita ser consolado.

19 Marzo 2012
1) Tenés baja tolerancia a la frustración

"Son personas que se bajonean muy rápidamente, que se están machacando todo el tiempo con cuestiones que le pasan o que no pueden resolver. Esto habla de una conducta muy infantil, un chico que cuando algo le sale mal patea la puerta y no se puede olvidar. Cuando uno tiene baja frustración es porque tiene un niño que no ha podido superar", sostiene Varela.

2) Sos dependiente de personas o cosas

Establecen una relación de necesidad con las cosas, con el trabajo y con los demás: "Si no te tengo, me muero". "Si no tengo tal marca de ropa no me siento bien vestido". "Si alguien me critica, me desaliento". "Dependo de la valoración del otro para sentirme bien". "Soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de no quedarme sola". Estas son algunas de las frases con las que se identifican estas personas.

3) Estás anestesiado emocionalmente

No hay nada que les guste o les disguste demasiado, nada les da mucho placer, tienen un tono emocional que siempre es el mismo. Es como que están anestesiados. "A veces, no pueden disfrutar ni enojarse con efusividad, porque quizás es un mecanismo de defensa; han tenido tanto sufrimiento en el pasado que necesitan protegerse de los sentimientos para avanzar en la vida", sostiene Carmina Varela. Muchas veces un mismo hecho, por más cotidiano que parezca, puede afectar en gran medida a un niño. A veces puede ser una muerte o una mudanza. Quizás a un hermano no lo afecta pero al otro sí.

4) Fácilmente caés en adicciones

Una sustancia es un sustituto de lo que la persona necesita realmente. "Cada vez que busca estar acompañada y no puede porque no aprendió a vivir sola, se anestesia con la droga, que puede ser alcohol, un cigarrillo o un psicofármaco. A veces, el tabaco es la puerta de entrada a otras adicciones. Lo hace para poder tolerar la intensidad emocional que le producen algunas situaciones. Muchas veces se logra tener un cierto equilibrio, pero cuando aparece una crisis y no tengo los elementos para enfrentarla vuelvo a buscar el sustituto", dice la psicóloga.

5) Sentís vergüenza de tu pasado o de vos

"Sentís vergüenza de todo: de quien soy, de mi pasado, de mi familia, de mi cuerpo, de mi forma de ser, siempre me siento inadecuado... Quizás hacia afuera está todo bien y logro disimularlo, pero internamente, siento un rechazo. Me veo flaca o gorda, menos inteligente que los demás... En realidad es vergüenza de la propia historia y provoca que muchas veces se hagan grandes esfuerzos por alejarse de los orígenes y actúa de modo totalmente contrario. Pero ahí se vuelve a caer en la trampa y aparece el famoso refrán: "dime de qué te alabas y te diré de qué careces", advierte.

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