TÚNEZ.- Este sábado se conmemorará el primer aniversario de la caída del dictador tunecino Zine el Abidine Ben Ali; pero el festejo estará empañado de preocupación, porque el país se ha visto de nuevo sacudido por una ola de casos de suicidios de personas que se quemaron a lo bonzo en protesta por la situación económica. En la ciudad de Gafsa murió ayer un hombre de 43 años, padre de familia, que se había prendido fuego a fines de la semana pasada frente a la sede del Gobierno regional en reclamo por la falta de empleo. Asimismo se conocieron otros cinco casos idénticos en otras partes del país, que también terminaron mortalmente.
Estos hechos coinciden con la decisión similar tomada por Mohamed Bouazizi en diciembre de 2010, que fue el desencadenante de las protestas que terminaron con el derrocamiento de Ben Alí. En las ceremonias previstas para el sábado se recordará a las víctimas de la revolución. Pero para muchos la situación está peor que entonces, por el freno a la inversión extranjera y la ausencia de turismo internacional por los desórdenes. (DPA)