Con Tomás no hubo "show mediático", a diferencia del caso Candela

Con Tomás no hubo "show mediático", a diferencia del caso Candela

Los investigadores recibieron instrucciones de preservar las pruebas y no se permitió el acceso a extraños al lugar donde apareció el cadáver.

DETRAS DEL ALAMBRADO. Los vecinos se mantuvieron fuera del predio donde se encontró el cuerpo. DYN DETRAS DEL ALAMBRADO. Los vecinos se mantuvieron fuera del predio donde se encontró el cuerpo. DYN
18 Noviembre 2011
BUENOS AIRES.- "Que no sea otro caso Candela", fue la consigna que recibieron los investigadores de parte de la Justicia y del Ministerio de Seguridad bonaerense, apenas se lanzó la búsqueda de Tomás Dameno Santillán.

El martes, escribió Raúl Kollman en "Página 12", ya se sospechaba que la desaparición del nene de 9 años podía tener un final trágico. Las autoridades querían evitar el "show mediático" que rodeó a la búsqueda y posterior investigación del crimen de Candela Rodríguez, la niña de 11 años cuyo cuerpo fue encontrado en Villa Tesei el 31 de agosto.

La orden, esta vez, fue tratar el tema con el máximo rigor científico, preservar la escena donde se encontró el cuerpo de Tomás y mantener absoluta confidencialidad respecto de la investigación.

Ayer, el fiscal Javier Ochoaizpuro prohibió el acceso de cámaras en el momento en que los familiares del niño reconocían el cuerpo. También se impidió que personas extrañas pisaran el lugar en el que apareció Tomás, consignó "Página 12".

Tampoco hubo conferencias de prensa ni del fiscal, del jefe de los fiscales de Junín, ni de la familia de Tomás. La procuradora María del Carmen Falbo y el fiscal general Juan Mastrovilli pusieron especial énfasis en preservar el secreto del expediente judicial.

El Ministerio de Seguridad y los funcionarios policiales tomaron la misma actitud de reserva. Ninguno atendió el teléfono a la prensa en las 48 horas en que se desarrolló el caso. En cambio, durante el secuestro de Candela, desde la Justicia y desde las fuerzas de seguridad se daba información casi diaria sobre posibles hipótesis, y hasta se les permitió filmar algunos de los allanamientos.

El acceso al lugar donde apareció el cuerpo sin vida del nene estuvo cerrado para los extraños porque la clave para resolver el caso podría encontrarse allí: se buscan marcas de arrastre o de sangre, para saber si Tomás fue asesinado en ese mismo predio. En el caso de Candela, minutos después del hallazgo ingresaron curiosos, periodistas y funcionarios, que pisotearon la escena.

"Ahora habrá que poner sobre la mesa las pruebas y allí serán decisivas las evidencias, que se manejaron con buena confidencialidad, y las conclusiones científicas que surgieron de un trabajo hecho con otro rigor que el utilizado en el caso Candela", concluyó Kollman. (Especial)

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