02 Noviembre 2011
El disco parece ser un práctico instructivo sobre cómo demoler a un gran artista en 10 tracks. Las ansias por vender y difundir a un músico deberían tener límites, o ser él mismo el que los marque.
El jamaiquino, un maestro del dub, hizo una gira por Europa. Alguien la grabó y eso se editó. El sello lo vende a precio de importado, cuando con suerte podría haber sido un demo de libre circulación on line. Es demasiado para una leyenda viva del reggae. Casi 40 años de carrera (incluyendo la fundación de la mítica Black Uhuru), decenas de discos editados y giras por el mundo... Una pena. Lo que se percibe en esas grabaciones son voces del ambiente, acoples y demás ruidos o desprolijidades. Detrás se advierte que la banda está ajustada, que los shows fueron pura fiesta y que a punto de cumplir 60 años él sigue cantando y bailando con fuerza y alegría. ¡Devuelvan la plata!
El jamaiquino, un maestro del dub, hizo una gira por Europa. Alguien la grabó y eso se editó. El sello lo vende a precio de importado, cuando con suerte podría haber sido un demo de libre circulación on line. Es demasiado para una leyenda viva del reggae. Casi 40 años de carrera (incluyendo la fundación de la mítica Black Uhuru), decenas de discos editados y giras por el mundo... Una pena. Lo que se percibe en esas grabaciones son voces del ambiente, acoples y demás ruidos o desprolijidades. Detrás se advierte que la banda está ajustada, que los shows fueron pura fiesta y que a punto de cumplir 60 años él sigue cantando y bailando con fuerza y alegría. ¡Devuelvan la plata!
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