Por Nicolás Iriarte
27 Agosto 2011
UN DEBUT CON FINAL FELIZ. Pese a no tener su mejor noche, Brun demostró algo de su fútbol y bastó para que el medio campo "santo" aprobara. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Uno jugó todo el partido. El otro, entró faltando poco. Álvaro Brun y Gustavo Balvorín se pusieron la camiseta de San Martín por primera vez y les dejaron diferentes sensaciones a los hinchas. Como sea, cada uno aportó lo suyo para que el equipo consiga su primera victoria en el torneo.
En el medio, junto a Hernán Pérez, la dupla que había convencido en los amistosos no tuvo poder de atracción sobre la pelota en el primer tiempo y ambos dejaron que esta pasara por otros lugares más que por sus pies. Dueño de las pelotas paradas para el local, el uruguayo estuvo algo impreciso en ellas. Si bien el "santo" no dispuso de una gran cantidad de tiros libres durante los 90', los que tuvo no encontraron las cabezas de Federico Turienzo (mientras estuvo) o Antonio Ibáñez. Igualmente, levantó en el segundo tiempo y empezó a distribuir la pelota un poco mejor y tuvo tiempo para asistir a varios de sus compañeros. Puede mejorar pero ayer mostró algo de su potencial.
A los 95', se escuchó un llamado: ¡riiing! riiing! ¡riiing! Sí, uno de los refuerzos con más nombre de la categoría iba hacer su entrada. Gustavo Balvorín, con la 18 ingresó por Nicolás Triviño (la maniobra táctica más ofensiva de Pedro Monzón en todo el partido) y empezó a sumar minutos. No mucho se puede pedirle ya que empezó a entrenar esta semana con el plantel. Generó espacios y atrajo marcas con su "chapa" más que participar activamente.
Otro que debutó fue Germán Medina. Cuando se apagó la luz, entró por Fabián García y debió calentar durante 20' para no enfriarse. Su debut se retrasaba hasta que las luces se encendieron. Y en el partido le costó entrar en ritmo y terminó cumpliendo una tarea regular.
En el medio, junto a Hernán Pérez, la dupla que había convencido en los amistosos no tuvo poder de atracción sobre la pelota en el primer tiempo y ambos dejaron que esta pasara por otros lugares más que por sus pies. Dueño de las pelotas paradas para el local, el uruguayo estuvo algo impreciso en ellas. Si bien el "santo" no dispuso de una gran cantidad de tiros libres durante los 90', los que tuvo no encontraron las cabezas de Federico Turienzo (mientras estuvo) o Antonio Ibáñez. Igualmente, levantó en el segundo tiempo y empezó a distribuir la pelota un poco mejor y tuvo tiempo para asistir a varios de sus compañeros. Puede mejorar pero ayer mostró algo de su potencial.
A los 95', se escuchó un llamado: ¡riiing! riiing! ¡riiing! Sí, uno de los refuerzos con más nombre de la categoría iba hacer su entrada. Gustavo Balvorín, con la 18 ingresó por Nicolás Triviño (la maniobra táctica más ofensiva de Pedro Monzón en todo el partido) y empezó a sumar minutos. No mucho se puede pedirle ya que empezó a entrenar esta semana con el plantel. Generó espacios y atrajo marcas con su "chapa" más que participar activamente.
Otro que debutó fue Germán Medina. Cuando se apagó la luz, entró por Fabián García y debió calentar durante 20' para no enfriarse. Su debut se retrasaba hasta que las luces se encendieron. Y en el partido le costó entrar en ritmo y terminó cumpliendo una tarea regular.
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