La capilla dedicada al Señor del Milagro, de Santiago del Estero y Junín, parece destinada desde un primer momento a la comunidad de católicos maronitas. El edificio pertenecía a un matrimonio sin hijos integrado por Francisco Aguilar y Javiera Rodríguez. Antes de morir ella, que ya era viuda, decidió donar el edificio al obispado de Tucumán, a condición de que se siguiera venerando al Señor del Milagro. La imagen, una figura tallada en Salta en 1863, aún se conserva.
Ante el pedido de un grupo de maronitas de disponer de un lugar para construir un templo, monseñor Pablo Padilla y Bárcena transfirió ese terreno a la comunidad y nombró como primer párroco al presbítero Yusef Chaya. Gracias a la colaboración de varias familias (Chebaia, Dumit, Dip, Bujazha, Apás y otras) el 20 de octubre de 1918 se colocó y se bendijo la piedra fundamental del nuevo templo, que se inauguró en mayo de 1924.
Un año más tarde falleció el padre Chaya y la comunidad le reconoció sus desvelos poniendo sus restos en el templo para el que tanto había trabajado. Su lápida está grabada en árabe y en español. En 1931 la parroquia quedó chica y se amplió con el apoyo de la comunidad. Se compró la propiedad lindante a la Iglesia sobre Junín, para construir allí la sacristía y la casa parroquial.
Las imágenes
La iglesia cuenta con un colorido fresco en la bóveda ubicada arriba del altar. A la izquierda se encuentra San Charbel y a la derecha San Marón. En el centro se levanta la imagen del Señor del Milagro. En el altar, de lujoso diseño, se encuentran la antigua imagen del Cristo tallado traído de Salta, y a ambos lados la Virgen María y San Marón.
El templo se mantiene vivo con misas diarias y ceremonias de bautismos y casamientos. La Catequesis abre las puertas a los niños de la zona.