Tras los reclamos, rezaron para despedir a su vecina

Tras los reclamos, rezaron para despedir a su vecina

El barrio no ocultó su bronca por el asesinato; tras la tensión, todos se reunieron para orar por Elda Hovannes

INDIGNADOS. Los vecinos expresaron sus quejas por la seguidilla de asaltos. INDIGNADOS. Los vecinos expresaron sus quejas por la seguidilla de asaltos.
20 Julio 2011
Los perros ladran. La luz es tenue en la esquina de Federico Helguera y Pasaje Monserrat. El tránsito está cortado hacia los cuatro puntos cardinales. Cada vez vienen más vecinos. Algunos en moto, otros en auto y, la mayoría, caminando. Los flashes de la División Criminalística de la Policía se disparan como relámpagos en dirección a una tela blanca que cubre el cuerpo como una sábana.

"¿Qué pasó?" es la pregunta que hacen los vecinos que van llegando. No pueden avanzar. Una cinta colocada por la Policía forma una suerte de círculo de unos 50 metros a la redonda del lugar del crimen. El frío se siente a la intemperie, a las 21, cuando ya ha pasado más de una hora del disparo que terminó con la vida de Elda Ana Hovannes. "¿Estaba esperando un taxi?, se preguntan los curiosos.

"¿Qué señora?", pregunta una mujer que llega con su hijo en brazos. "La de la esquina, doña Elda"... responde un joven sentado en una moto. "No puedo creer", agrega la mujer, asustada, tapándose la boca con una mano. "Ella estaba remodelando la casa para tener mayor seguridad y era tan obsesiva con eso, que en la casa hay dos perros rottweiler, de esos grandotes -dice la mujer-. Por miedo a los asaltos no usaba el auto, prefería pedir un taxi", afirma.

De pronto, otra mujer interrumpe la conversación. "Por eso yo le vivo diciendo a mi hija que si le pasa algo entregue todo. Así me lleven desnuda -dice-, yo les doy el celular y la cartera".

Presuroso un vecino llega por el pasaje Monserrat. Camina por la vereda, con gorra y campera marrón. Pide autorización para cruzar la cinta policial. "Mi señora me espera y está asustada. Yo vivo a la vuelta" le dice a un policía. Obtiene permiso y avanza nervioso camino a su casa.

"A ella le robaron el celular ahí", dice una mujer, mientras señala hacia la esquina. La joven está a su lado. Llegan más vecinos. Ni el frío puede frenar la curiosidad. En la casa hay señales de trabajos de construcción. "Los albañiles están trabajando", explica una vecina.

Una combi en la que puede leerse "Unidad de Traslado" se estaciona a cinco metros del cuerpo, que yace sobre el pasto, muy cerca de los escombros. "Tatiana vení que la están por llevar", susurra una mujer a su hija que se acerca hasta la cinta para ver el momento en que los policías se preparan para subir el cuerpo al móvil.

Varios atracos

"Ahora es tremendo. Te asaltan a cualquier hora. Hace dos semanas estaba sentada hablando por celular y aparecieron dos tipos en una moto. Empecé a forcejear hasta que solté el teléfono, porque me dieron una piña", detalla Tatiana.

Para evitar más flashes, la Policía coloca una suerte de cortina con un plástico negro para tapar sus movimientos alrededor de la escena del crimen. Hay tantos curiosos que los perros no paran de ladrar. Un grupo de jóvenes en moto llegan acelerando a fondo. Eliana, de 24 años, que vive a media cuadra de donde ocurrió el hecho, por el pasaje Monserrat, relata que ayer a la mañana a una chica la arrastraron para quitarle la cartera, en la parada del colectivo, en Bulnes y Pasaje Monserrat.

A las 22, suben el cuerpo de Elda a la Unidad de Traslado. Enfurecidos, los vecinos comienzan a pedir justicia. Algunos insultan a los policías. El malestar crece como una bola de nieve. En medio del tumulto, Antonio Caliori dice que la zona se ha vuelto insegura desde que pavimentaron las calles aledañas, y que además la policía no patrulla la zona.

El vehículo se aleja del lugar, mientras los vecinos se acercan a los policías. "Justicia, justicia", gritan. "Que vengan los políticos. Aquí todos los cordones están pintados con los nombres de Cano y de Mamaní (en referencia a los ediles Ramón Cano y Juan Carlos Mamaní -ambos del PJ-). Que vengan a dar explicaciones", grita un vecino.

Al final, donde estaba el cuerpo de Elda, los vecinos forman un círculo y comienzan a rezar.

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