Pese a la tregua, la violencia amenazó la vigilia

El día comenzó con temperaturas clementes y un sol radiante que acompañó la llegada de dos columnas de autoconvocados, unas tres cuadras de manifestantes, a la plaza Independencia. La marcha complicó el tránsito del centro. Durante los discursos encendidos florecieron más carpas en la plaza; del Partido Obrero (PO), de hospitales del sur de la provincia, de militantes universitarios. Antes de que dejaran de salir por los parlantes las denuncias contra el Gobierno, la policía habilitó la circulación por calle San Martín. A la siesta, folclore y cuarteto animaron a los manifestantes a bailar y cuando las temperaturas descendieron al atardecer, el calor humano se encargó de caldear la plaza.

Seis balinazos a un globo con proclamas de los trabajadores de la salud terminaron de pinchar la fiesta y unas corridas entre la Policía y los autoconvocados cargaron de tensión el inicio del festival que el Gobierno había organizado para recibir el aniversario 195 de la Nación. Como una síntesis del conflicto, un miembro de Los Arrieros, que estaba actuando sobre el escenario oficial, tomó el micrófono y, declarándose un autoconvocado de la salud, pidió un aplauso por los jubilados y sus compañeros; así logró que la tregua firmada entre los manifestantes y la Policía volviera a vivir.

"Salvajada"

"Es una salvajada", definió Julian Nassif, médico del Hospital de Niños y delegado del Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (Sitas). El médico explicó que la Policía había incumplido el trato pactado la noche del jueves entre los delegados del movimiento y los ministros del Interior, Osvaldo Jaldo, de Seguridad Ciudadana, Mario López Herrera, y el jefe de la fuerza de seguridad, Jorge Racedo. "La Policía dejó circular autos antes de que termináramos nuestro acto al mediodía. Las pruebas de sonido empezaron antes del horario acordado", denunció Carim Asus, del Centro de Salud.

Nada de esto parecía suficiente para empañar la jornada. Pero cerca de las 19, la Policía se acercó a los manifestantes y les pidió que retiraran las carpas que se habían instalado durante el día, ya que sólo los gazebos de los autoconvocados y el de los jubilados tenían permiso para permanecer en la plaza. La discusión con los militantes del PO derivó en forcejeos y en la destrucción de la carpa. "Unos 10 policías intentaron sacar la carpa de forma arbitraria, sin querer dialogar", contó Federico Salas, a quien la fuerza de seguridad apartó del grupo, lo que causó aún más malestar.

La Policía se mantuvo firme en su pedido de desalojo (o al menos demandaron que sacaran las carpas de la vereda sobre 25 de Mayo). Los trabajadores de la salud habían iniciado una nueva negociación con las autoridades policiales cuando comenzaron a arrojar bengalas contra el escenario. La respuesta no se hizo esperar y el globo, suspendido sobre la plaza con una leyenda que decía "Señor Gobernador, pedimos ser escuchados por Ud." cayó al suelo con varios agujeros de disparos. Con esto, se terminó el diálogo entre trabajadores de la salud y los de seguridad. Los ánimos sólo se calmaron ante un pedido desde el escenario, que de forma conciliadora reconoció la lucha de los autoconvocados. Canal 10 transmitía desde la plaza.

La vigilia de los autoconvocados tiene previsto continuar hasta hoy. Luego de haber cantado el himno a la medianoche, los autoconvocados esperarán el izamiento protocolar de la bandera en la plaza y seguirán celebrando el Día de la Independencia desde sus carpas. Dicen que apuestan a que la presidenta, Cristina Fernández, los vea y les reciba personalmente un petitorio para que interceda en la pelea con el Gobierno.

"Hoy cumplimos 100 días de protesta y 80 en la plaza", recordó Sergio Amaya (Hospital Leales) en su discurso de la mañana. Hoy tratarán de llegar al 102 sin disturbios ni incidentes.