22 Mayo 2011
¿Qué es la humillación? Humillar es inclinar o doblar una parte del cuerpo, como la cabeza o la rodilla, especialmente en señal de sumisión y acatamiento; abatir el orgullo y altivez; herir el amor propio o la dignidad de alguien; pasar por una situación en la que la dignidad sufra algún menoscabo. Y también, como afirma el psicólogo S. Fernández Arrigue, es la emoción que surge cuando "la víctima toma conciencia de que dicha devaluación ha tenido lugar".
La humillación ejercida de un ser humano a otro se traduce en las situaciones de intolerancia, desprestigio e indignidad que un ser humano le otorga a otro en un acto profundamente violento y cruel. La exclusión, la burla, el abandono, el sufrimiento ignorado y las miserias de los otros, la explotación, el dominio, la manipulación, a veces resultan "naturales" en el día a día. Quien humilla, manipula, o violenta a los otros posiblemente no se sintió amado, fue injuriado, apocado o frustrado, y en tal condición busca en los otros cómo descargar su dolida existencia. ¿Qué fue de su autoestima? ¿Qué tipo de sociedad vamos construyendo? Durante tiempos de desilusión o crisis, la autoestima debilitada de un niño puede ser reforzada si los adultos le hacen saber que su amor y apoyo permanecen inalterables, porque su valía reside en lo que él es como ser humano. La próxima vez que una crisis ocurra, él puede usar el conocimiento ganado en cómo vencer dificultades, y no enfocado en la derrota y la frustración. En la familia tienen lugar numerosos conflictos, y en función de cómo se resuelvan, así actuarán después los hijos, ya que estos interiorizan las normas y costumbres de los padres. Los adultos debemos ser conscientes de la importancia nuestros actos para la formación de los chicos, más en lo que se refiere al modo de resolver los problemas, el manejo de la agresión, el respeto por la diversidad, la solidaridad que mostremos con los otros.
La humillación ejercida de un ser humano a otro se traduce en las situaciones de intolerancia, desprestigio e indignidad que un ser humano le otorga a otro en un acto profundamente violento y cruel. La exclusión, la burla, el abandono, el sufrimiento ignorado y las miserias de los otros, la explotación, el dominio, la manipulación, a veces resultan "naturales" en el día a día. Quien humilla, manipula, o violenta a los otros posiblemente no se sintió amado, fue injuriado, apocado o frustrado, y en tal condición busca en los otros cómo descargar su dolida existencia. ¿Qué fue de su autoestima? ¿Qué tipo de sociedad vamos construyendo? Durante tiempos de desilusión o crisis, la autoestima debilitada de un niño puede ser reforzada si los adultos le hacen saber que su amor y apoyo permanecen inalterables, porque su valía reside en lo que él es como ser humano. La próxima vez que una crisis ocurra, él puede usar el conocimiento ganado en cómo vencer dificultades, y no enfocado en la derrota y la frustración. En la familia tienen lugar numerosos conflictos, y en función de cómo se resuelvan, así actuarán después los hijos, ya que estos interiorizan las normas y costumbres de los padres. Los adultos debemos ser conscientes de la importancia nuestros actos para la formación de los chicos, más en lo que se refiere al modo de resolver los problemas, el manejo de la agresión, el respeto por la diversidad, la solidaridad que mostremos con los otros.
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