Sus colegas basquetbolísticos sacaron varios turnos con el doctor

Sus colegas basquetbolísticos sacaron varios turnos con el doctor

09 Mayo 2011
Al llegar a su consultorio para realizar la entrevista (lo empezó a armar cuando decidió volverse de Buenos Aires) se respira poco básquet. Es más, la finura del aroma, los sillones y hasta las lámparas invitan a quedarse un poco más de tiempo y, por qué no, hacer una consulta. Justamente eso no es algo que sus colegas y afines se hayan privado de hacer.

Ya sea en Buenos Aires o en Tucumán, por su lugar de trabajo pasaron varias mujeres de famosos basquetbolistas y futbolistas y hasta actuales compañeros.

"En la cirugía estética nunca se da nombres", advierte antes de contar. Tiene bien en claro su promesa en la Medicina. De todas maneras, la experiencia vale ser contada. "En Buenos Aires operé a dos esposas de jugadores de básquet. Con uno de ellos me enfrenté en el Argentino, pero él no me reconoció. También atendí a la esposa y el hijo de un gran jugador a nivel nacional. Yo les decía: ?¡yo jugué contra vos!?", confiesa.

Con Lázaro Borrel le sucedió algo similar. "Operé a su señora de apendicitis pero, a cambio, le pedí que me traiga una camiseta suya firmada", señaló. En Central Córdoba, incluso, cuando llegó este año también se topó con un ex paciente.

"Llegué al entrenamiento y uno de mis compañeros me vio y me dijo: ?¿qué hace usted acá doctor?. Y yo le contesté: ?decime Eduardo, che. Yo me vine a probar?", detalló. El muchacho había sido operado hacía unos meses por Palazzo y lo reconoció al instante. A su vez, también comentó que en la cancha, los árbitros pese a cobrarle las infracciones, le tienen un gran respeto. "Los jueces me dicen doctor. Cuando cometo una infracción pitan y dicen: ?es falta doctor?. Pero no me gusta. Pone una distancia. Soy más amiguero. Prefiero que me digan Eduardo", manifestó.

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