15 Febrero 2011
CON EL DEFENSOR. Silvia Lai habla con el abogado Manuel Pedernera. LA GACETA / ANTONIO FERRONI
Al principio nadie nota su presencia en el pasillo del Penal de Tribunales. Silvia Raquel Lai permanece de pie, de espaldas a la pared. No quiere dar declaraciones de ningún tipo. Tanto es así que se abstuvo de testificar ayer en el debate oral en el que un tribunal la juzga para determinar si es la autora intelectual del crimen de José Luis Salas, su marido.
La imputada le contó a LA GACETA que su situación actual es algo pasajero. "Ya va a pasar, tengo la conciencia serena y quiero estar donde debo estar: con mis hijos", dijo ayer durante el cuarto intermedio. "No creo que este sea un lugar para andar riéndose", agregó en respuesta a la aparente tranquilidad con la que paseaba Luis Piccinetti, el otro acusado.
Durante el debate, el hijo de Lai, Eduardo Rodrigo Salas, testificó con cierta dificultad. "Mis padres se amaban mucho. Había cariño entre ambos y conflictos como en cualquier familia. Éramos la mejor familia; antes yo era feliz", explicó entre lágrimas el joven de 19 años.
Natalia Sobrecasas, otra testigo, contó que durante la época en que ocurrió el crimen, Piccinetti le dijo durante el allanamiento: "yo no lo maté (a Salas); ella (Silvia) lo mató, ella planeó el asesinato y yo la ayudé a deshacerse de las pruebas". Y que vio que algo se quemaba en una estufa del gimnasio. Sobrecasas agregó que antes, en una ocasión, el personal trainer le mostró una carta firmada con el nombre "Silvia" y mensajes de texto.
Según las declaraciones que realizó Lai, en la noche del crimen de su esposo ella estaba durmiendo en el piso de arriba con el menor de sus hijos. La fiscal de Cámara, Marta Jerez de Rivadaneira leyó la declaración de la viuda imputada: "me recosté con Jime (su hija) para que se durmiera. Hubiese bajado con mi marido (a su habitación). Después escuché ruidos fuertes abajo, en la casa. Alguien entró y luego hubo un disparo. Yo no quería bajar; tenía miedo. Le mandé un mensaje a Adrián (su hermano). Después llegó la Policía con mi hermano y me dijo ?está muerto? (su marido)".
Según su versión, Lai dijo en aquel entonces: "creo que fue Luis (Piccinetti), un loco, un enfermo, dejó a una familia sin madre. Es él quien mató a mi marido". En el acta también aclara: "nunca me pidió dinero y nunca le presté plata. Sólo teníamos una relación de amistad".
La imputada le contó a LA GACETA que su situación actual es algo pasajero. "Ya va a pasar, tengo la conciencia serena y quiero estar donde debo estar: con mis hijos", dijo ayer durante el cuarto intermedio. "No creo que este sea un lugar para andar riéndose", agregó en respuesta a la aparente tranquilidad con la que paseaba Luis Piccinetti, el otro acusado.
Durante el debate, el hijo de Lai, Eduardo Rodrigo Salas, testificó con cierta dificultad. "Mis padres se amaban mucho. Había cariño entre ambos y conflictos como en cualquier familia. Éramos la mejor familia; antes yo era feliz", explicó entre lágrimas el joven de 19 años.
Natalia Sobrecasas, otra testigo, contó que durante la época en que ocurrió el crimen, Piccinetti le dijo durante el allanamiento: "yo no lo maté (a Salas); ella (Silvia) lo mató, ella planeó el asesinato y yo la ayudé a deshacerse de las pruebas". Y que vio que algo se quemaba en una estufa del gimnasio. Sobrecasas agregó que antes, en una ocasión, el personal trainer le mostró una carta firmada con el nombre "Silvia" y mensajes de texto.
Según las declaraciones que realizó Lai, en la noche del crimen de su esposo ella estaba durmiendo en el piso de arriba con el menor de sus hijos. La fiscal de Cámara, Marta Jerez de Rivadaneira leyó la declaración de la viuda imputada: "me recosté con Jime (su hija) para que se durmiera. Hubiese bajado con mi marido (a su habitación). Después escuché ruidos fuertes abajo, en la casa. Alguien entró y luego hubo un disparo. Yo no quería bajar; tenía miedo. Le mandé un mensaje a Adrián (su hermano). Después llegó la Policía con mi hermano y me dijo ?está muerto? (su marido)".
Según su versión, Lai dijo en aquel entonces: "creo que fue Luis (Piccinetti), un loco, un enfermo, dejó a una familia sin madre. Es él quien mató a mi marido". En el acta también aclara: "nunca me pidió dinero y nunca le presté plata. Sólo teníamos una relación de amistad".
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