Febrero, el mes de los "profes" con buena onda

Todavía faltan dos semanas para que empiecen las clases, pero la calle ya está llena de delantales. Aunque son optativas, casi nadie se quiere perder las clases de consulta, que se dan en todos los colegios y escuelas secundarias de Tucumán. "Es que en esta época te encontrás con los profesores con buena onda. Están más descansados después de las vacaciones, con buen humor y les podés preguntar cualquier cosa sin que se enojen", dice Nadia, apurada por llegar a su clase de Matemática, en 1º año de Polimodal de la Escuela Normal.

"Desde 2008, todo el plantel de profesores dicta clases de consulta a los alumnos que se llevan materias, en sus horarios habituales. A los chicos los ayuda muchísimo, incluso a los que se hacen preparar con profesores particulares", explica la vicerrectora de la Escuela Normal Mixta Juan Bautista Alberdi, Natalia Katz. En esta escuela el 60% de los alumnos se llevó a rendir alguna materia, que en su mayoría son Lengua y Matemática.

"En la clase de consulta el profesor te pregunta en qué temas tenés dificultades y te dice cuáles son los puntos importantes. También te aconsejan cómo estudiar", añade Leonel, de 14 años, que ya tiene la experiencia de haberse llevado todas las materias. "Mis viejos se fueron de vacaciones y yo me quedé estudiando ...", agrega con un gesto de resignación.

"Aprendemos más"

No son pocos los que confiesan que en la clase de consulta mejora su relación con el docente. "Durante el año los profes tienen que lidiar con los chicos que molestan y eso los pone de mal humor, en cambio en la clase de consulta somos pocos y se ponen las pilas para aprobar", reconoce Agustín Zelada, que la semana que viene cumplirá 18 años y rendirá su última materia del secundario.

De las clases de consulta tiene su mejor recuerdo: "allí descubrí a una de mis mejores profesoras, Mimí, de Lengua. En el año ella vivía renegando y sólo trabajaba con los chicos que se sentaban adelante. Pero en febrero ella me contagió su entusiasmo y por primera vez la vi contenta".

Críticas

"Que se les den más oportunidades a los chicos para que aprueben está bien, pero las soluciones de fondo pasan por otro lado; por ejemplo, por limitar la cantidad de alumnos por aula y mejorar el salario de los docentes. Lo ideal sería poner un tope de 25 a 30 alumnos. Hoy tenemos 50 por curso", afirma Diego Toscano, disidente de ATEP.

María Isabel Díaz, docente del profesorado en Matemática del Instituto Lola Mora, propone como una salida viable al problema de la gran cantidad de alumnos que se llevan materias, la posibilidad de que se dicten clases de apoyo a cargo de residentes. "Durante el año el profesor está muy sobrecargado, con grupos grandes y desparejos, obligado a trabajar frente al aula todas sus horas pagas y sin tiempo para planificar. En cambio si cada residente tuviera a su cargo ocho alumnos, y se encargara de la práctica, sería otra cosa", asegura.

Blas se sentaba en el último asiento, debajo de la ventana. "Me pasé todo el año haciendo dibujitos en la carpeta de Matemática, porque alguna vez me perdí una clase y ya no la pude retomar. Recién cuando estudié para rendirla me enganché", confiesa el alumno de la escuela Normal. Y continúa: "en esas clases descubrí que la profesora no era tan mala como yo pensaba. Una vez le dije: ?profe, no sabía que usted tenía tan linda sonrisa?. Y ella me parece que se puso un poco triste porque recordó su mala onda de todo el año".