Mónica Bellucci

En su momento más importante, asegura que el buen físico no basta, y que no sólo es una cara bonita y un cuerpo atractivo, sino que sabe actuar

08 Junio 2003
PARIS.- La actriz italiana afincada en Francia Mónica Bellucci, comenzó el rodaje de "Agentes secretos", una coproducción franco-italo-española en la que comparte protagonismo con su marido en la vida real, el francés Vincent Cassel.
Considerada ya por algunos como heredera del éxito de las estrellas italianas de los 50 y 60, Mónica sin embargo, dice huir del "glamour" del cine, que le parece "muy aburrido", y haber conseguido demostrar que no es sólo una cara bonita y un cuerpo atractivo, sino alguien capaz de actuar.
En "Agentes secretos", de Fréderic Schoendoerffer, la protagonista de "Malena" interpreta a una espía que sueña con hacer su última misión, por estar desquiciada y sentirse muy sola. "Es algo completamente distinto a 007, porque no tiene acción, habla de los aspectos psicológicos de los agentes secretos, quienes en realidad son terroristas de Estado que, en nombre de la legalidad, hacen cosas ilegales. Y es que, cuando se es agente secreto no hay límites, el poder es absoluto", afirma, y subraya que su personaje no es la heroína del film, puesto que se trata de una "mujer mala".
Bellucci ya ha rodado en España con anterioridad, la película francesa "El apartamento" (1996) y "A los que aman" (1998), de Isabel Coixet, y en los últimos años se ha convertido en una estrella capaz de filmar sin problemas en inglés, italiano o francés y en cualquier lugar del mundo. Ahora está en los cines de todas partes con "Matrix recargado" ("Sólo salgo 15 minutos, pero en ellos consigo ser una mujer a la vez sensual, peligrosa y divertida"), y "Lágrimas del sol", y pronto la veremos al lado de Mel Gibson en el arriesgado film que el actor ha dirigido e interpretado sobre la vida de Cristo, filmado en la desaparecida lengua del arameo.

Hollywood, no
Asegura la sugestiva actriz, reciente presentadora oficial del festival de Cannes, que no piensa de ninguna manera afincarse en Hollywood, por un "problema cultural", y añade que, "en Europa, las relaciones humanas son muy importantes, pero allí el aspecto financiero es lo primero en el cine".
Asumiendo que mentiría si no reconociera que su físico la ha ayudado y mucho para triunfar en la pantalla, matiza que con eso no basta. "He trabajado mucho y he estudiado teatro, dicción e idiomas... y he tenido mucha suerte".
Ahora, se ve con ánimos para hacer cualquier película, con tal de que sea "bella e intensa", pero es consciente de lo inseguro de su profesión.
"En este momento tengo muchas oportunidades y nada de prisa. Pero si después de un éxito tienes dos fracasos, te ves abocada a volver a empezar", concluyó. (Especial)

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