SEUL, Corea.- La isla surcoreana de
Yeonpyeong permanece en un estado total de caos y con daños muy severos, tras el ataque de
Corea del Norte con al menos 50 proyectiles de artillería.
Según imágenes de la televisión, la ínsula aparece rodeada de humo y sus 1.600 habitantes huyeron en botes de pescadores. La batería de obuses en el
Mar Amarillo provocó la muerte de dos soldados, decenas de heridos, entre militares y civiles, e incendios en alrededor de 70 residencias.
El Ejército de
Seúl respondió inmediatamente con hasta 80 proyectiles y desplegó varios cazas de combate en el más grave enfrentamiento entre los dos países desde el hundimiento de una corbeta surcoreana en marzo pasado. Pero esta ocasión, el ataque llega en un momento tenso, dos días después de confirmarse las sospechas de que
Corea del Norte ha construido unas modernas instalaciones para enriquecer uranio.
Las autoridades surcoreanas han señalado además que, en caso de que se produzca otra provocación similar, habrá una dura represalia. "El bombardeo indiscriminado contra civiles es intolerable en todos los casos", declaró el secretario de Estado para Asuntos Públicos de la Presidencia, Hong Sang Pyo.
El Gobierno de
Pyongyang, por su parte, asegura que fue Seúl la que atacó primero. Ante esto, el
Ejército surcoreano admitió que estaba efectuando maniobras militares regulares y ensayos balísticos desde la isla de Yeonpyeong antes del incidente, pero dijo que había disparado con dirección al oeste y no hacia el norte.
El presidente surcoreano, Lee Myung Back, convocó una reunión de emergencia con sus asesores en un búnker subterráneo para discutir una posible respuesta al ataque. Desde el Ministerio de Unificación se informó que Seúl está analizando evacuar a los ciudadanos que se encuentran en Corea del Norte. (Reuters-AFP)
