BUENOS AIRES.- Veinticinco años atrás compartieron el equipo de Argentinos Juniors que deslumbró al mundo en la final de Tokio contra la lujosa Juventus de Michel Platini. En la tarde-noche de ayer, en el Monumental, Juan José López y Claudio Borghi se volvieron a enlazar en un abrazo; esta vez, dirigiendo los equipos más grandes de la Argentina.
Borghi, vestido con buzo azul claro de los "xeneizes", fue a saludar a "Jota Jota", su ídolo en la juventud. López, bien trajeado para su debut como entrenador de este River plagado de urgencias, se levantó de su asiento y se abrió paso entre los fotógrafos para ir al encuentro del "Bichi".
"Jota Jota" estaba en sus últimos días de futbolista en aquel diciembre frío de Tokio y era suplente en el Argentinos que guiaba José Yudica. Borghi deslumbró aquella tarde japonesa y Milan se lo llevó de Argentina.
Esta vez el festejo fue para el DT "millonario", que está en el cargo de entrenador sólo en forma interina. "Mi futuro en River está claro. Yo soy el director general de las inferiores. Nosotros somos soldados de Daniel Passarella, lo que diga él se hará. Mi futuro lo decide el presidente del club", se limitió a decir el entrenador, ante la posibilidad de que continúe al frente del plantel profesional hasta el final del certamen. "Los esquemas tácticos para mí no son muy importantes, me interesa tener un equipo corto, compacto y que sea protagonista", agregó el técnico que anoche se retiró victorioso. Su ex compañero quedó golpeado y contra las cuerdas. (DyN-Especial)