"Uno se acercará al libro como quiera y como pueda"

"Uno se acercará al libro como quiera y como pueda"

La lectura es, o debería ser, un acto de libertad, afirmó la escritora Liliana Heker . La literatura fue el eje del foro que organizó el Instituto de Estudios Latinoamericanos. Tres invitadas especiales.

LECTORAS Y AUTORAS. Liliana Heker (centro), María Teresa Andruetto (izquierda) y Silvia Barei. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI LECTORAS Y AUTORAS. Liliana Heker (centro), María Teresa Andruetto (izquierda) y Silvia Barei. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
25 Septiembre 2010
La lectura, afirma Liliana Heker, es -o, al menos, debiera serlo- un acto de absoluta libertad. "Uno se acercará al libro como quiera y como pueda: se entregará ciegamente a él, o lo rechazará a las cinco páginas, o reelerá lo que le haga falta, o alterará el orden en que debiera ser de lectura. Cada lector, con cada libro, entablará un diálogo singular y privado. Sólo así aprenderá, a su manera, a seguir esa aventura interminable que es la lectura", apuesta la escritora.

Autora de "Zona de clivaje", "El fin de la historia", "Las peras del mal" (entre otros títulos) Heker integró, con Abelardo Castillo, las redacciones de "El escarabajo de oro" (1961-1974) y "El ornitorrinco" (1977-1987), dos revistas literarias que han dejado su marca en la producción cultural argentina.

Heker, Silvia Barei (titular de la Cátedra de Teoría Literaria en la Facultad de Lenguas de la Universidad de Córdoba) y María Teresa Andruetto (Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil SM 2009) fueron las tres invitadas especiales en el Coloquio de Literatura Latinoamericana "El autor como lector", que acaba de concluir en Tucumán, organizado por el Instituto Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT.

- Si nos paramos ante su biblioteca, a qué libros echaría mano para releerlos?¿Por qué?

- Amo la relectura. De ciertos libros, claro, no de todos. Hay libros que, aunque nos puedan haber deslumbrado en algún momento, no resisten el paso del tiempo. Envejecen; o envejecen los recursos que, en algún momento, nos llamaron la atención. Por ejemplo, pasa con Rayuela. O hay libros que resultan fascinantes en la adolescencia pero que después no tienen nada para decirnos. En cambio uno puede releer a Borges, o el Adán BuenosAyres, o la obra de Arlt, y siempre les va a descubrir algo nuevo. ¿Algunos de esos libros para releer siempre? "Doktor Faustus", de Thomas Mann; "Rojo y negro"; "Madame Bovary"; "En busca del tiempo perdido"; "Bajo el volcán"; "La boca del caballo"; "Cuento de hadas en Nueva York"; y casi todo Henry James. Para no hablar de Shakespeare o del Quijote. En fin, hay mucho para releer, más que el tiempo que a uno le queda.

- En su experiencia como escritora, ¿los temas la toman por asalto? ¿Se le imponen?

- Más que imponérseme, yo diría que me llaman. Algo ocurre (algo que puede ser mínimo) o una idea o un recuerdo se me ocurre, y yo pienso: con esto voy a escribir un cuento. A lo mejor pasa mucho tiempo antes de que me ponga a escribirlo, pero casi seguro que acabo escribiéndolo. Eso me pasa con los cuentos: las novelas tienen una génesis menos puntual, más arremolinada.

- ¿Hay buena ficción en la Argentina de hoy?

- Hay excelentes nuevos escritores de ficción. Pablo Ramos, Samanta Schweblin, Margarita García Robayo, Fabián Casas, Romina Doval, Alejandra Laurencich, por nombrar sólo a unos pocos. Y voy a citar a un joven escritor tucumano que acaba de publicar su primer libro, "Vista al río", y que me parece excelente: Máximo Chehín. Afortunadamente, nuestro país sigue dando narradores notables.

-¿Cómo "negocia" la buena literatura con el mercado?

- Creo que los buenos libros se van abriendo paso de a poco, y permanecen a lo largo del tiempo. Todo lo contrario de lo que pretende el mercado: que los libros tengan una venta explosiva, y sean reemplazados muy pronto por otros libros de venta explosiva.

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