No hay que reprimirlos

No hay que reprimirlos

Por Oscar Salvatierra - Técnico.

05 Septiembre 2010
Todo entrenador se alegra cuando uno de sus muchachos marca un gol, y más aún si lo festeja de manera especial, porque entiende su alegría, siempre y cuando no sea ofensivo o genere violencia en las tribunas.

No me molesta en lo más mínimo que celebren de manera extraña, siempre y cuando lo hagan con responsabilidad. Ese tipo de actitudes no hacen otra cosa que captar la atención de la gente. Forman parte del espectáculo y pueden atraer al público. Si no perjudican, no hay ningún motivo para reprimirlas.

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