El fin anunciado de una convivencia plagada de altibajos

El fin anunciado de una convivencia plagada de altibajos

Angel Alberto Gonzalez - Agencia DPA.

24 Julio 2010
CARACAS.- La ruptura de relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia, lejos de ser una sorpresa, parecía ser la crónica de una muerte anunciada, tras ocho años de antagonismo entre los presidentes Hugo Chávez y Alvaro Uribe. Chávez ordenó el jueves romper las relaciones diplomáticas con Colombia a raíz de la presentación de supuestas pruebas por parte de Bogotá ante la Organización de Estados Americanos (OEA) de la presencia de guerrilleros en territorio venezolano.

"Ese es el gobierno que afortunadamente se va dentro de pocos días, pero que ha hecho algo muy grave. Por eso, yo me veo obligado a romper relaciones con el gobierno de Colombia, por dignidad. Es lo menos que nosotros podemos hacer", declaró poco después de la reunión de la OEA.

El bueno y el malo
El ex embajador de Venezuela en Suecia y ex ministro encargado de Relaciones Exteriores, Sadio Garavini, manifestó que este es un incidente que culmina ocho años de altibajos, pero que sin duda va a seguir en el futuro. Esta movida de Bogotá podría responder a un acuerdo entre Uribe y el presidente electo Juan Manuel Santos, su ex ministro de Defensa, para que Colombia pudiese acusar internacionalmente a Venezuela sin desgastar la imagen del nuevo gobierno, dijo. "En mi opinión había un acuerdo entre Santos y Uribe para que uno hiciera de policía bueno y otro de malo, y Uribe es el malo", explicó el también politólogo, destacando que a Uribe le resultó fácil jugar este papel a sabiendas de que deja el gobierno en pocas semanas.

Desde la llegada al poder de Uribe en agosto de 2002, las relaciones entre Venezuela y Colombia han sido una montaña de altibajos: de promesas de hermandad a ruptura de relaciones y movilización de tropas a la frontera, pero las aguas volvieron al río. Los vínculos entre Venezuela y Colombia ya se encontraban bajo mínimos desde mediados de 2009, después de que Bogotá firmó un acuerdo militar con Estados Unidos que permite la presencia de soldados norteamericanos en siete bases colombianas. Chávez dijo sentirse amenazado y "congeló" las relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia.

Ahora, tras anunciar la nueva ruptura, se mostró esperanzado en que Santos "entienda que aquí podemos convivir gobiernos de derecha y gobiernos de izquierda, y no solo que podemos, creo que estamos obligados a convivir". Sin embargo, analistas a ambos lados del río Arauca se han mostrado escépticos sobre la posibilidad de que se mantenga una buena relación bilateral, debido a que Santos quiere terminar con las FARC, a las que Chávez considera bolivarianas. Santos, que en el pasado fue el más ácido crítico de Chávez, ha optado ahora por la cautela. "La mejor contribución que podemos hacer es no pronunciarnos", dijo. "Uribe es el presidente de la República hasta el 7 de agosto", puntualizó ayer Santos durante una visita a México. Pareciera que esas tres semanas de espera serán una auténtica prueba de fuego para las relaciones colombo-venezolanas.

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