Critican que se usen fondos de los jubilados

BUENOS AIRES.- La líder de la Coalición Cívica ARI, Elisa Carrió, dijo que es una enorme alegría que el Gobierno nacional, por medio de la puesta en marcha de la asignación universal a la niñez, reconozca que en el país hay niños pobres, y criticó que los fondos provengan de recursos jubilatorios y no de un impuesto a la renta financiera. "La presidenta (Cristina Fernández) retomó la única senda que la política puede tomar y que le importa a la sociedad; el primer punto de coincidencia de la oposición: el ingreso universal por hijo", destacó, en una conferencia de prensa.
Sin embargo, señaló que el decreto presidencial oculta una trampa y por eso no se envió un proyecto al Congreso. Además, dijo que se trata de un acuerdo con el peor sindicalista argentino, que es Hugo Moyano, para tener como esclavos a los beneficiarios, según expresó.
Por su parte, la Iglesia Católica calificó de muy positiva la decisión del Gobierno nacional, pero aclaró que estudiará el decreto para determinar puntos de contacto y diferencias con la propuesta eclesiástica que había sido remitida una semana atrás. "Que la asignación para la niñez sea universal ya es importante. Está en una buena dirección, en línea con la propuesta que habíamos hecho", aseveró Gabriel Castelli, director nacional de Cáritas Argentina. El directivo no quiso hacer precisiones sobre la iniciativa gubernamental hasta evaluarla en profundidad. Pero anticipó que con la Comisión Nacional de Justicia y Paz, que asesora el obispo Jorge Casaretto, emitirán una declaración acerca del asunto.
Castelli y Lía Servino, de Justicia y Paz, participaron ayer, en la Casa Rosada, de la ceremonia de presentación de la asignación universal para la niñez. Cáritas y Justicia y Paz remitieron el miércoles pasado a los poderes Ejecutivo y Legislativo la propuesta de la Iglesia de ayuda a la infancia pobre, a la que se denominó Ingreso Básico para la Igualdad y la Equidad en la Niñez, por sus siglas, BIEN.
Durante la presentación, se explicó que el ingreso propone equiparar el derecho a la asignación familiar por hijo a todos los niños y niñas, adolescentes y embarazadas en situación de vulnerabilidad social, independientemente de la condición económica, social o laboral de sus padres.
Los destinatarios eran todos los niños argentinos desde la concepción hasta los 18 años, por lo que implicaba sumar a unos seis millones de niños que, de acuerdo con los obispos, en la actualidad no reciben una asignación familiar.
El ingreso propuesto por la Iglesia es una asignación mensual de $ 180 por hijo, que se actualizará con el sistema de asignación familiar por hijo vigente, y la forma de pago debe instrumentarse por medio de una Tarjeta de Seguro Social. En este sentido, la Iglesia propuso que el Anses sea el organismo técnico responsable de la implementación ya que paga las asignaciones familiares en la actualidad, cuenta con bases de datos de beneficiarios actualizadas y tiene cobertura de oficinas en el país.
El proyecto eclesiástico plantea que, de entrada, se necesitaban $ 12.900 millones, de los cuales $ 2.700 millones se estima que pueden salir de los actuales planes Familias y Jefas y Jefes de Hogar. Los restantes 10.200 representan un 4,4% del Presupuesto Nacional y un 0,9% del PBI. (DyN-NA)