El engañado busca ayuda hasta en el tarot

El engañado busca ayuda hasta en el tarot

Una vidente aconseja reforzar el diálogo.

LO MAGICO. Las cartas son una   de las alternativas requeridas. LO MAGICO. Las cartas son una de las alternativas requeridas.
07 Septiembre 2009
Muchos hombres y mujeres que sospechan que sus parejas los engañan buscan el consejo de parapsicólogos y videntes a fin de tratar de recuperar el vínculo.
"La infidelidad es muy frecuente entre los hombres pero también entre las mujeres. Yo diría que se da equitativamente", revela la tarotista Adaluz.
"Mi consejo es reforzar la base de la comunicación. Pero a la par, con ayuda de las cartas y de la videncia les hago un tratamiento", dice la mujer que, según aclara, trabaja con la magia blanca.

Convivencia
"Los clientes no vienen y cuentan lo que les pasa, sino que piden que uno les diga todo lo que ve en las tiradas. Cuando aparece una tercera persona en el medio de la pareja, tienden a creer que les han hecho algún trabajo o una maldad. Pero sin duda la causa principal es la dificultad que implica la convivencia", sostiene la tarotista.
La clientela que concurre al consultorio de Adaluz está compuesta por personas de ambos sexos, de edades muy variadas, tanto jóvenes como adultos, y de diferente condición social. Lo que los une es la preocupación por el amor que se les está escurriendo de las manos.
"A los varones les preocupa mucho más que a las mujeres que les sean infieles", afirma Adaluz. Y si bien reconoce que para la infidelidad no hay cura, asegura que es posible realizan un tratamiento para reencauzar la relación de pareja. "Para ello hay que escuchar, observar y dar muchos consejos. No hay una técnica específica", explica con un matiz misterioso.

Serenidad
Adaluz recomienda a la persona que se mantenga tranquila. "Porque la mayoría de las mujeres nos ponemos mal y nos deprimimos ante una situación como esta. Hay que estar tranquila porque no se sabe quién está del otro lado, qué nos espera. Si una está serena puede llegar muy lejos", recomienda.
 Su regla de oro es: "ser más inteligente que la otra persona para poder ganar la guerra".

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