Si el engaño se toma como síntoma de crisis, el vínculo puede rearmarse

Si el engaño se toma como síntoma de crisis, el vínculo puede rearmarse

Un psicólogo sostiene que la infidelidad puede estar reflejando un malestar no expresado.

ESCAPE. La insatisfacción suele llevar a buscar compensación en otra persona. ESCAPE. La insatisfacción suele llevar a buscar compensación en otra persona.
07 Septiembre 2009
La infidelidad es, en la mayoría de los casos, el síntoma de una pareja en crisis.
"El engaño está reflejando un malestar que se intentó expresar en forma verbal y no se pudo o no se supo de qué manera hacerlo", explica el psicólogo y especialista en terapia de pareja Arturo Gómez López.
"Esta situación es bastante común en parejas de escasa cantidad y flujo de comunicación, en las que se vive un conflicto de expectativas que no sólo no está resuelto, sino que, por lo general, ni siquiera ha sido claramente planteado", agrega el especialista.
Afirma Gómez López que cuando en una pareja uno de los integrantes es infiel se puede inferir que hay al menos una persona que no se siente gratificada con el vínculo. "Es posible que, además, cuando intenta hablar no se sienta escuchada y que hasta, muchas veces, experimente que la otra parte la descalifica", observa.

Reformulación
"Al volverse crónica la situación, la infidelidad actúa como un síntoma. Cuando el engaño es descubierto surge la posibilidad de reformular las pautas de la relación", añade Gómez López.
"He asistido a muchas parejas que después de entender la infidelidad como síntoma, en el contexto terapéutico, han logrado rearmar el vínculo de manera mucho mejor y con un nivel de funcionalidad nunca antes vivido por ellos", asegura el profesional.

Peligros
No obstante, reconoce que es un síntoma riesgoso. "Una vez descubierto el engaño debe ser tratado a tiempo para que la infidelidad no se transforme en un modus operandi. En este caso, el tercero de la relación cumple la función de estabilizar emocionalmente a uno de los integrantes de la pareja", advierte el especialista.
Un tercer tipo de infidelidad es la denominada doble triangulación. Esta ocurre cuando ambos novios o esposos mantienen una relación externa y, obviamente oculta. "Ese vínculo, por un lado, compensa lo cada miembro de la pareja experimenta como carencia; pero por otro lado convierte en crónico e intensifica el problema de la relación", resalta.

Impacto
El sufrimiento que genera el descubrimiento del engaño es la causa de la imposibilidad de perdonar. "El primer impacto es muy fuerte, y afecta mucho el orgullo personal, la autoestima y la confianza en el otro", señala el psicólogo. "Ese es un momento crítico, y suele ser la oportunidad en que la mayoría de las parejas acude a la consulta psicológica en busca de ayuda", agrega. El especialista considera que si el problema es tratado rápidamente, y se establece un nuevo contrato vincular, que permita el desarrollo y la gratificación de ambos es probable que la pareja perdure.
Un último tipo de infidelidad es el que protagonizan quienes padecen trastornos graves de personalidad, que sufren desórdenes en los planos emocional, moral y espiritual. "Son personas casi refractarias a la subjetividad del otro, y que como no sienten compasión por el sufrimiento ajeno no registran sentimientos de culpabilidad. Tampoco son capaces de establecer relaciones amorosas; orientan sus conductas a la exclusiva gratificación de sus necesidades, y se arriesgan a lo que sea para conseguirlo", advierte.

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