Bisnieta de Pablo Cruz, comunero de Amaicha del Valle, en sus ancestros figuran los apellidos Mamaní, Chocobar, también los Olea del Nogalito, Siambón y Raco, donde mi tía Salustiana Cruz nació, el 7 de junio de 1909.
Se casó en su juventud, tuvo un hijo y quedó sola, vive en Santa Lucía desde hace setenta años. Trabajó desde joven, fue la lavandera del hospital desde su inauguración durante casi cuarenta años. Declara haber sido "sindicatera" con don Rivarola desde comienzos del sindicato, años 1943/44.
Obligó a la Compañía a pasarla de personal doméstico sin papeles a personal estable del ingenio.
Sí, es una vieja dama digna, siempre se autoabasteció, todavía maneja su dinero. Todos los meses sus sobrinas la llevan al Banco Nación de Monteros, el cajero ya la conoce, sale a la calle, le hace firmar el recibo, le entrega el dinero, lo cuenta y vuelve a su casa.
Le conocimos amores furibundos, amó y fue amada.
En 1960 fue a conocer Buenos Aires, le decía a mi mamá, su hermana: "Sabís como es Retiro, ché? Es grande, inmenso. Es como si fuera Santa Lucía pero con techo". A mis hermanas y a mí nos acompañó cuando ella murió muy joven y fue nuestro sostén afectivo.
En ella vimos envejecer mi madre porque tenían el mismo rostro, los mismos ojos almendrados, el mismo pelo renegrido con ondas, las mismas manos con largos dedos finos.
De mis primos Lita, Ñico y la Porota fue también sostén económico cuando murió su otro hermano, también muy joven.
Sí, mi tía Salustiana es de nosotros, cuando yo venía, me tenía guardados los higos "cuello i´dama" que a mí me gustan.
Nunca la vimos enferma, camina sola y desde hace pocos años usa un bastón.
Vive con una bisnieta, "No me dejan cocinar", me da sus quejas, "?no quiere que lave mi ropa?". De vez en cuando quiere volver a vivir a su casa, a una cuadra, para "recibir a sus visitas?", pero sabe que ya no puede vivir sola.
Sus sobrinas le preparamos una gran fiesta para el 7 de junio, para ayudarla a apagar las 100 velitas de una gran torta.
Nos acompañaron sus amigos, los vecinos y la gente del pueblo santaluceño, que valoramos a los viejos no sólo por el lógico respeto a la ancianidad sino también por ser ellos la llama viva de nuestra memoria.
Lucía Mercado.luciasanta@infovia.com.arA dónde deben dirigirse los lectoresPara enviar fotografías y mensajes a la sección "Así somos" los interesados deben escribir a
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