Pisó una cáscara de banana

Pisó una cáscara de banana

Por Federico van Mameren - Secretario de Redacción.

09 Julio 2009

El hombre ideal para manejar todo lo que tenga que ver con las obras sociales y los gremios es Mario Koltan. A esa conclusión llegaron el gobernador José Alperovich y Juan Manzur, ex vicegobernador de Tucumán y actual ministro de Salud de la Nación.
En estos últimos cuatro años si algo aprendió Néstor Kirchner es que la Argentina no es Santa Cruz. Precisamente, Tucumán tampoco es el Ministerio de Salud de la Nación. Esa es la primera conclusión del dueto Alperovich-Manzur.
Fue una ingenuidad pensar que eran hombres libres de hacer lo que les parecía mejor.
Koltan es un experto en el manejo de las obras sociales porque estuvo de los dos lados del mostrador. Nunca fue hombre simple. Por el contrario, siempre tuvo un perfil polémico y de confrontación tanto cuando administró una prestadora privada como cuando estuvo al frente del Subsidio de Salud.
Ayer, llegó para entrar por la puerta grande al Ministerio de Salud de la Nación y le terminaron abriendo una escotilla del fondo de esa cartera. Iba a hacerse cargo de la Administración de Programas Especiales (APE) y se conformó con lo que le den.
La familia K le faltó el respeto de la peor manera. Asumió y renunció. Estuvo apenas horas en el APE.
Manzur, en vísperas al 9 de Julio, aprendió que no es libre ni independiente de los reyes K.
El APE, el PAMI y la Superintendencia de Servicios de Salud son el trípode sobre el que se apoya el ministerio y la caja de muchas obras sociales.
Aunque Koltan lo niegue ese trío no tiene un sólo dueño. Es cierto que no lo maneja solamente el superpoderoso Hugo Moyano. Es una suculenta y apetitosa torta por la que se pelea cuanto sello gremial anda suelto por el país.
Por eso fueron ingenuos Alperovich y Manzur. Por eso Cristina no podía dejar que el ministro tucumano actuara libremente. Hasta ella tiene que hacer unas cuantas consultas antes de meter el cuchillo.
Los gremios y el Gobierno se están peleando por $ 3.000 millones. Ya le costó el cargo a Graciela Ocaña y los sindicatos no están dispuestos a ceder.
Manzur pisó una cáscara de banana. Es el primer porrazo que se da en Buenos Aires.
Ni él ni Koltan tuvieron reacciones. Bajaron la cabeza y aceptaron el desaire. Tampoco tienen espaldas para enfrentar al camionero ni contradecir a Kirchner. Si tenían dudas ayer lo aprendieron. Anoche no tenían más remedio que lamarse las heridas.

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