El cuento no ha terminado

El cuento no ha terminado

Análisis. Por Hugo E. Grimaldi, columnista de agencia DYN.

08 Julio 2009
BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández, decidió finalmente pasarle una mano de brocha gorda a su Gabinete y removió a un par de figuras que ya tenían su salida anunciada desde antes de las elecciones, sin entregar, tampoco en la ocasión, ni a Julio de Vido ni al controvertido Guillermo Moreno, factótum del zafarrancho del Indec. Por la importancia de sus funciones, los cambios de Sergio Massa y Carlos Fernández pueden considerarse como los dos relevos más trascendentes de la movida, aunque la expectativa mayor hay que centrarla en la influencia que tendrá a futuro Néstor Kirchner en estas dos áreas clave. Siempre se dijo que el ex presidente era jefe de Gabinete y ministro de Economía a la vez y que para esa función se necesitaba gente que supiera seguir instrucciones, antes que tener cualidades de inspirador. Hasta el momento, nada indica que Kirchner no siga ejecutando ambas funciones y se verá hasta dónde pueden jugar las internas del Gobierno.
En este sentido, los que llegan, Aníbal Fernández y Amado Boudou, son dos hombres de suma confianza del matrimonio, considerados de fidelidad a toda prueba, aunque en el caso del primero, por personalidad y experiencia, un funcionario más difícil de arrear que el segundo. Massa sale porque ya estaba ido desde hace muchísimo tiempo. A todo el mundo le decía que se sentía el jefe comunal de Tigre y que sólo ocupaba su lugar a pedido de la Presidenta. Nunca fue un hombre querido por Kirchner y mucho menos desde que comprobó que el municipio no jugó con votos a favor "K", sufragios que sí obtuvo la esposa del intendente en uso de licencia.
En tanto, Aníbal Fernández, quien sabe lo que es lidiar desde la verborragia en defensa del Gobierno, ha tenido siempre juego propio y el nuevo lugar le cae como anillo al dedo para polemizar con el que cuadre. En su lugar, aparece Julio Alak, otro incondicional que sale de Aerolíneas Argentinas a un área de extrema sensibilidad ciudadana, Justicia y Seguridad. Por su parte, el ministro Carlos Fernández le había resultado a Kirchner un extraordinario comodín en los temas que más le interesa monitorear al ex presidente, la caja del Estado, sin meterse en áreas más conflictivas que se le fueron cerrando, sobre todo con la autonomía de la Secretaría de Comercio. Su reemplazante ha dado más de una vez pruebas de fidelidad, desde que le arrimó a Kirchner la solución mágica de estatizar los fondos jubilatorios, dinero que sirvió para hacer la campaña financiando todo lo que surgiera.
Habrá que ver qué cosa pide Boudou con respecto al Indec y si desde Olivos están dispuestos a entregarle un área que ha sido manejada a discreción por el Gobierno para esconder desde la inflación a la pobreza y sumar "ahorros" para el fisco por la incorrecta valuación del CER que ajusta los títulos públicos, bonos que la Anses conserva a carradas.
A nueve días de las elecciones de medio tiempo que tanto daño le han hecho al Gobierno por su alocado modo de presentarlas, Cristina Fernández promueve ahora un segundo recambio de mayor envergadura, si se cuenta como el primero la salida de Ricardo Jaime, pero que no toca ni un ápice el núcleo duro del poder. (DyN)

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