Colapsaron los servicios de emergencia

Colapsaron los servicios de emergencia

La propagación del virus A H1N1, la suspensión del registro diario de nuevos casos y la limitación del análisis sólo para casos complejos causaron inquietud en la población. Un estornudo o un dolor de cabeza ya bastan para sentir la urgencia de ir al médico. Las guardias de hospitales están atestadas y los teléfonos para pedir ambulancias no dejan de sonar.

LARGAS ESPERAS. A raíz de la alta demanda, muchas ambulancias tardan unas cuatro horas en cubrir el servicio y en las guardias se demora la atención. LA GACETA / HECTOR PERALTA LARGAS ESPERAS. A raíz de la alta demanda, muchas ambulancias tardan unas cuatro horas en cubrir el servicio y en las guardias se demora la atención. LA GACETA / HECTOR PERALTA
04 Julio 2009
Los teléfonos no paran de sonar ni un segundo. "Tengo fiebre, dolor de cabeza; necesito un médico", escuchan en los llamados las operadoras de los servicios de emergencia públicos y privados. La demanda de los pacientes se triplicó en las últimas semanas ante el temor generalizado en la población de sufrir gripe A.
El número 107 de emergencias de la provincia recibe por día 200 llamadas de personas que dicen tener algún síntoma de influenza y que piden que les realicen análisis para probar si tienen el virus, explicó el director de la repartición Juan Masaguer.

Sólo casos graves
Sin embargo, salvo que sea un caso de gravedad, las ambulancias no se movilizan para atender este tipo de demanda. Los operadores les piden a la gente que consulten al hospital Padilla. Si los pacientes declaran que tienen problemas respiratorios u otros signos que demuestren complicaciones los móviles parten a asistir al enfermo. Además, se verifica que presenten un nexo epidemiológico o un dato que justifique la posibilidad de padecer el virus de la gripe A H1 N1.
"Estamos saturados de llamados. Por un simple resfrío ya piden atención", detalló el médico.
La desesperación de muchas personas por acudir a la emergencia, pese a no tratarse de enfermedades graves, tiene un motivo: los pacientes no quieren asistir a los hospitales porque temen contraer otros males en los nosocomios. Pero tampoco les atrae la idea de quedarse en su casa sin tener la opinión de un médico que les diga lo que les está pasando y si existe la posibilidad de que hayan contraído la nueva gripe. Entonces, llaman al servicio de consulta a domicilio.
Los gerentes de dos importantes empresas de emergencias médicas dijeron que los servicios están colapsados en la provincia, al igual que en muchas partes del país.

Situación irregular
"La psicosis es tan grande que se disparó la demanda de consulta ambulatoria de forma inusitada. Más del 90 % de los casos son de personas que creen tener la influenza y que en realidad no revisten cuadros de gravedad", destacó Enrique Ferrer, titular de una de las firmas. El gerente recalcó que las consultas ambulatorias les llevan tranquilidad al paciente, pero se le recomienda que asista a un hospital, especialmente porque los servicios de emergencias no pueden realizar los análisis que determinan si una persona padece o no la influenza A.
"Vivimos una situación completamente irregular; tuvimos que reforzar la atención", precisó el empresario.
Otro servicio de emergencia que antes recibía unos 350 llamados por día ahora elevó ese número a 900. "Tuvimos que disponer 18 guardias más de refuerzo para atender la demanda", destacó Dulio Soria, gerente de la empresa y presidente de la Red de Emergencias Médicas de todo el país.
"La gente está muy asustada y no quiere acudir al centro asistencial por temor. Hasta ahora sólo atendimos dos casos sospechosos, que fueron denunciados ante el Siprosa, como se nos pidió. El resto eran patologías comunes de la época invernal", indicó Soria, y precisó que es una situación que se presenta de igual forma en todo el país. Además pidió a la población que recupere la calma y que recurra a los servicios de emergencia si realmente lo necesita. Caso contrario, deberán comprender las demoras que tienen las ambulancias para llegar a atender a los pacientes.
"En Buenos Aires la situación es peor. Para cada consulta, los servicios de emergencia están dando un tiempo de espera de 24 horas. En Tucumán tenemos entre tres y cinco horas de demora, cuando normalmente la gente espera media hora", especificó.

En las escuelas
Soria aclaró que menos de un 10% de las atenciones son para emergencias. "Hasta hace un mes teníamos cuatro operadoras y ahora son 13 porque los teléfonos no paran de sonar", dijo.
Además, el empresario comentó que antes de que comenzar el receso escolar los servicios de emergencias estudiantiles recibían una gran demanda de llamados de maestras que pedían asistencia cuando un alumno estaba resfriado, con fiebre o con tos.

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