23 Febrero 2003 Seguir en 
En el vecindario, en su Güemes natal, a Gisela Bustos (18) todos la conocen como "la médica de perros del barrio". Por eso, la apertura de la carrera de Veterinaria en Tucumán le vino como anillo al dedo. Como ella, los otros 281 inscriptos en esta nueva oferta académica de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT tienen en común el amor a los animales y las ganas de curarlos. "Desde que iba a cuarto grado, ya me imaginaba en el campo, curando animales", cuenta Bustos, que entre el 3 y el 6 de marzo rendirá Química, Matemática, Física y Biología, las materias exigidas para ingresar a la carrera, que es articulada con la Universidad de Río Cuarto.
Entre los inscriptos hay también adultos o jóvenes que vienen de otras carreras. Es el caso de Valeria Pérez (23), que ya tiene cursado el 4º año de la carrera de Biotecnología. "Me interesa Veterinaria porque me encantan los animales, pero sé que terminaré Biotecnología, y que la podré relacionar las dos disciplinas", se entusiasma Valeria. Diego Campos (21) es santiagueño, y ya estudiaba esa carrera en Esperanza, Santa Fe. Dice que vino a Tucumán porque así está más cerca de su hogar. En cambio, la apertura de Veterinaria le frustró a Lucía Villafañe (19) la experiencia de estudiar lejos de casa, en Esperanza. "Yo estaba decidida a irme a Esperanza a hacer Veterinaria. Pero la abrieron aquí", cuenta Lucía, con gesto travieso y risueño. Los inscriptos adultos son los que le dan a la carrera un perfil novedoso, que ya está obligando a las autoridades de la Facultad a pensar en horarios compatibles con las exigencias laborales. "Nos sorprendió que vinieran a averiguar por la carrera ingenieros electrónicos, contadores...", apuntó la secretaria académica Susana Gianfrascisco.
Lo que podría explicar esa "rareza" es que Veterinaria era hasta ahora una demanda académica contenida. Por ejemplo, Patricia Pérez (35) cursó el Profesorado Físico Matemático, pero abandonó en tercer año, porque la situación económica no le permitía mudarse a otra provincia para cursar Veterinaria. "Tengo la esperanza de que finalmente toda la carrera pueda ser cursada en Tucumán (los últimos años serán dictados en Río Cuarto), y espero que sean flexibles con el curso de ingreso", expresó Pérez.
Entre los inscriptos hay también adultos o jóvenes que vienen de otras carreras. Es el caso de Valeria Pérez (23), que ya tiene cursado el 4º año de la carrera de Biotecnología. "Me interesa Veterinaria porque me encantan los animales, pero sé que terminaré Biotecnología, y que la podré relacionar las dos disciplinas", se entusiasma Valeria. Diego Campos (21) es santiagueño, y ya estudiaba esa carrera en Esperanza, Santa Fe. Dice que vino a Tucumán porque así está más cerca de su hogar. En cambio, la apertura de Veterinaria le frustró a Lucía Villafañe (19) la experiencia de estudiar lejos de casa, en Esperanza. "Yo estaba decidida a irme a Esperanza a hacer Veterinaria. Pero la abrieron aquí", cuenta Lucía, con gesto travieso y risueño. Los inscriptos adultos son los que le dan a la carrera un perfil novedoso, que ya está obligando a las autoridades de la Facultad a pensar en horarios compatibles con las exigencias laborales. "Nos sorprendió que vinieran a averiguar por la carrera ingenieros electrónicos, contadores...", apuntó la secretaria académica Susana Gianfrascisco.
Lo que podría explicar esa "rareza" es que Veterinaria era hasta ahora una demanda académica contenida. Por ejemplo, Patricia Pérez (35) cursó el Profesorado Físico Matemático, pero abandonó en tercer año, porque la situación económica no le permitía mudarse a otra provincia para cursar Veterinaria. "Tengo la esperanza de que finalmente toda la carrera pueda ser cursada en Tucumán (los últimos años serán dictados en Río Cuarto), y espero que sean flexibles con el curso de ingreso", expresó Pérez.
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