Dilema falso de un resultado

Dilema falso de un resultado

Punto de vista. Por Fernando Straface - Director del Programa de Política y Gestión de Gobierno - CIPPEC .

04 Mayo 2009
A partir de las candidaturas testimoniales que impulsa el ex presidente Néstor Kirchner, se ha instalado como debate central de las próximas elecciones legislativas nacionales la ratificación de la legitimidad política del ejecutivo nacional. ¿Es esto lo que debe ponerse a prueba en una elección de medio término? En parte sí, y en parte no.
Por un lado, las elecciones de medio término constituyen una instancia en la cual la sociedad tiene la oportunidad de ratificar o señalar su disconformidad con el rumbo del gobierno. Sin embargo, las elecciones de medio término no son una instancia de ratificación de la continuidad del gobierno.
Un balance electoral contrario al oficialismo no debería constituirse ni leerse como un escenario de ingobernabilidad o potencial salida anticipada del gobierno. Este es un dilema falso -y no deseado- al que no deberían contribuir ni el Gobierno ni la oposición.
En un escenario de pérdida de la mayoría parlamentaria del Ejecutivo, se espera que el Congreso asuma un rol más importante en la manufactura de las políticas a través de mayor deliberación y formación de consensos. En otras palabras, la sociedad le pide al Poder Ejecutivo que "comparta más" sus decisiones con el parlamento.  
Las democracias consolidadas son democracias "aburridas y rutinarias", en las cuáles cada elección se vive como un momento en el cual quienes gobiernan se someten a la opinión de quienes los eligieron. Nadie que abogue por la consolidación democrática debería enunciar el discurso de la ingobernabilidad frente a una elección de medio término.

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