

Estados Unidos está en estado de “shock” y hasta el presidente Barack Obama habla de una noticia deprimente: no se trata de más problemas en la economía local, sino de la confesión de doping del dominicano Alex Rodríguez, la máxima estrella del béisbol que juega en los New York Yankees, con unos ingresos anuales de 27,5 millones de dólares. “Son noticias deprimentes que añaden más intranquilidad al ya complicado asunto de la Major League Baseball (MLB)”, dijo Obama luego de conocer la confesión de Rodríguez, cuyo positivo en 2003 por esteroides fue adelantado por la revista “Sports Illustrated”.
“Los descubrimientos enturbian toda una era del béisbol. Y es una pena, porque pienso que hay una buena cantidad de profesionales que han jugado sin doping”, agregó Obama, un fánatico de ese deporte, que durante la campaña electoral, exigió controles antidoping más severos en la MLB.
Rodríguez, una estrella al nivel de Cristiano Ronaldo en el fútbol; Kobe Bryant en el baloncesto o Roger Federer en el tenis, admitió las evidencias: tomó sustancias prohibidas desde 2001 a 2003, cuando jugaba en los Texas Rangers. “Entonces, todo era distinto. Yo era joven, tonto, ingenuo y quería demostrar a todos que merecía el dinero que ganaba y que era uno de los mejores jugadores de todos los tiempos”, confesó al programa televisivo “A Rod” de ESPN. “Me siento engañado personalmente por Alex”, señalóTom Hicks, el propietario de los Texas Rangers que convirtió a Rodríguez en el jugador de béisbol mejor pagado del mundo con un contrato de diez años por valor de 252 millones de dólares. Aunque Rodríguez se disculpó por los positivos por testosterona y primobolan, su confesión sacude al segundo deporte más popular de EE. UU. Rodríguez no será sancionado, ya que el catálogo de doping fue impuesto por la MLB en 2004.







