Villalba pidió por las familias que viven en la miseria y por los niños de la calle

"Hoy son muchos los rostros sufrientes que nos duelen: jóvenes sin oportunidades de estudios ni de trabajo; familias que viven en la miseria; el trabajo infantil; los niños de la calle; y los adictos dependientes". De este modo se expresó el arzobispo de Tucumán, monseñor Luis H. Villalba, quien exhortó a los fieles católicos a no olvidarse de todas esas personas que sufren en esta Nochebuena.
"La vida en Cristo sana, fortalece y humaniza. Pero las condiciones de vida de muchos excluidos de la sociedad contradicen este proyecto de Dios e interpelan a los creyentes a un mayor compromiso por la cultura de la vida", afirmó con crudeza el vicepresidente primero del Episcopado Argentino.
El mensaje dirigido a los tucumanos resulta coherente con el contenido del último documento del Episcopado denominado "Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad".
En el escrito, entregado al gobernador José Alperovich, el Episcopado hace una radiografía de la realidad social argentina, y remarca en ese contexto la falta de trabajo como medio para enfrentar la crisis mundial.

Cita de Benedicto XVI
En su mensaje navideño a los tucumanos, monseñor Villalba recuerda las palabras de Jesús de Juan 10,10: "Yo he venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia". "La vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia humana: ?en su dimensión personal, familiar, social y cultural?", afirma citando las palabras que el papa Benedicto XVI pronunció en su discurso inaugural en Aparecida, México.
"Cristo quiere una vida plena y digna para todos. El cristiano debe derramar a raudales la vida sobre el mundo de hoy. El hombre no es perfecto, es un ser esencialmente necesitado de sanación, de plenitud, de perfección, de salvación", remarca.
Monseñor Villalba comienza su mensaje recordando el sentido de la Navidad: " significa la venida de Cristo al mundo, es decir, la Encarnación del Verbo de Dios, que se hace hombre y habita entre nosotros. Navidad es Dios con nosotros, Dios para nosotros. Navidad es un misterio del amor de Dios, en Cristo, hacia nosotros: ?nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él? (1 Jn. 4,16)", explica el religioso.
En alusión al documento de Aparecida, monseñor Villalba recuerda que Jesucristo vino al mundo para "hacernos partícipes de la naturaleza divina (2 Ped. 1,4), a participarnos de su propia vida", señala. "Es la vida trinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la vida eterna", recalca. En consecuencia, "Jesucristo es plenitud de vida que eleva la condición humana a condición divina para su gloria", dice. De allí que la Navidad tiene una profunda relación con el destino de la vida humana", concluye.