“Se rompe la ilusión de la unidad”

“Se rompe la ilusión de la unidad”

Un psicólogo admitió que la situación puede causar un malestar emocional.

23 Diciembre 2008

Cuando la melancolía invada a algunos tucumanos pasada la medianoche de mañana, luego de los brindis, sus amigos o familiares que viven en Salta, San Juan o cualquiera de las otras provincias que no se adhirieron al cambio horario, recién estarán comenzando a brindar por la llegada de la Navidad.
El psicólogo Alfredo Ygel explicó que es posible que, a causa de la diferencia de hora y de la distancia temporal entre la llegada de una y otra Navidad, las personas sufran una especie de duelo por no poder compartir los mismos sentimientos en el mismo momento.
“Los tiempos de uno no son los tiempos del otro. Tener la misma hora nos da esa ilusión y nos lleva a adecuar nuestros sentimientos a los del otro”, expresó el especialista.
Es posible que esta ilusión de comunión de emociones y de cariño con los seres más cercanos desaparezca esta Navidad. “La diferencia horaria no hace más que reflejar también la diversidad de sentimientos, de pensamientos y de afectos que hay con los demás, y rompe la ilusión de la unidad”, detalló Ygel.
El especialista, no obstante, afirmó que hay una posible salida a los ataques de melancolía que podría provocar la diferencia en el reloj afectivo. Se trata de los brindis y la euforia que generan. Esta sensación puede mitigar el malestar emocional y devolver la ilusión de que se está compartiendo el reloj afectivo con familiares y amigos, aunque ellos celebren la Navidad una hora después.

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