La vuelta fabulosa

- El VIP estuvo ubicado al costado del escenario y quienes adquirieron las entradas para este lugar exclusivo pudieron ver el espectáculo desde uno de los laterales. Además, en la carpa de Personal había pantallas para ver el recital sentado en los mullidos sillones, mientras tomaban una cerveza o un champán, acompañado de unas sabrosas porciones de pizzas.

- Pamela David (foto) fue una de las invitadas VIP que llegó junto a su marido. La santiagueña primero estuvo en la carpa y luego se trasladó hasta el costado del escenario donde los muchachos hacían cola para sacarse una foto junto a ella, quien cumplió con todos los requerimientos. Algunos que estaban en la zona del campo, le pidieron a sus novias que les saquen unas fotos posando junto a la llamativa vedette radicada en Córdoba.

- Los controles de acceso al estadio fueron estrictos. El personal de seguridad revisó todos los bolsos y no dejó pasar ni siquiera un pequeño bote de mermelada que un periodista santiagueño llevaba para su madre. Seguramente, después la habrán degustado con unas galletitas, sin sal.

- Los periodistas acreditados quedaron muy lejos del escenario para cubrir el show. Fueron ubicados al frente del escenario, pero en la zona de las plateas altas. Obtuvieron buenas imágenes sólo aquellos que contaban con un buen zoom, mientras que otros tuvieron el privilegio de estar en el VIP desde donde siguieron cada detalle del recital.

- La Mona Jimenez es un ídolo de Córdoba y es un personaje muy querido en el ambiente del rock nacional. Los Fabulosos Cadillacs no son la excepción y dos de sus integrantes fueron a visitarlo, luego del show en el Chateau. Daniel Lozano y Fernando Ricciardi se acercaron hasta un local bailable donde el cuartetero brindó un recital.

- Los integrantes de Los Cadillacs no fueron los únicos que fueron al recital de "La Mona" Jiménez. Un grupo de periodistas de Buenos Aires, Tucumán, Santiago del Estero, Jujuy, Salta y La Rioja fueron a conocerlo. Todos se llevaron una gran sorpresa cuando el cuartetero los invitó a subir al escenario para que tomen fotos y, también, para bailar. Durante el intervalo, les invitó unas cervezas, charló y se sacó fotos con todos ellos. La humildad de un grande de la música popular.